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Para tener un sistema financiero "fuerte"

Santander y Popular piden que concluya lo antes posible la reestructuración de las cajas

El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, y el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, coincidieron hoy en exigir que se cierre lo antes posible la reestructuración del sistema financiero español, que afecta sobre todo a las cajas de ahorros.

Durante su intervención en unas jornadas sobre el futuro del sistema financiero español, organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte, tanto Sáenz como Ron han asegurado que no se debe permitir que sigan operando entidades "débiles", ni salvar a ninguna que no sea sometida a una profunda transformación.

Para Sáenz, el objetivo prioritario es que el sistema financiero español sea "fuerte, saneado y creíble" y capaz de financiar el crecimiento de la economía real.

"No nos podemos permitir el lujo" -ha dicho- de mantener extensas redes de oficinas ni dejar que los mercados internacionales "duden de la solvencia" del sistema español.

Sáenz ha pedido también que se permitan las "quiebras ordenadas" de entidades sin necesidad de emplear dinero público, al tiempo que ha considerado que si el ahorro de costes no se combina con el saneamiento de los balances no será posible que la economía "vuelva a la normalidad y al crecimiento".

Asimismo, ha pedido una reflexión sobre las causas de la crisis para que no se repita, y ha considerado que en este "día después" conviene, entre otras cosas, asegurarse de que los niveles de capital de cada banco están en consonancia con el riesgo de sus balances y prestar "más atención a la liquidez".

En España, ante el "largo periodo de bajo crecimiento" económico que se avecina, es muy importante recuperar la competitividad perdida y el atractivo del país para captar inversión extranjera, teniendo presente que ya no se puede devaluar la moneda, como en el Reino Unido, por lo que aquí "es mucho más urgente" la reestructuración de la economía y el ajuste del sistema financiero.

Por su parte, el presidente del Banco Popular, ha explicado que para que la economía mejore hay que generar confianza, y para ello, en España hay que atajar el paro y el déficit público e intentar por todos los medios elevar la productividad.

Sobre los cambios regulatorios que se avecinan, Ron ha considerado que no perjudicará mucho a las entidades españolas, puesto que su modelo de negocio es precisamente el que se persigue a nivel europeo, el de la banca doméstica.

Y es precisamente este modelo de negocio, centrado en hacer banca y que no tiene instrumentos extraños fuera de balance, el que ha permitido que las entidades financieras españolas apenas hayan recibido ayudas públicas en comparación con los 67.000 millones de libras que se llevó la banca británica o los 73.000 millones de dólares inyectados en los bancos estadounidenses, ha afirmado Ron.

Aunque ya ha terminado la fase más aguda de la crisis, lo cierto es que ésta seguirá afectando a las cuentas de las entidades y pondrá a prueba su capacidad para afrontar la reducción del negocio después de quince años de fuertes crecimientos del negocio crediticio.

Para Ron, las entidades que sean capaces de generar ingresos recurrentes y absorber el impacto de las provisiones serán las que sobrevivan y las que no posean suficiente capital "tienen que ser reestructuradas".

"Hay más de 30 cajas envueltas en SIP o fusiones frías", ha dicho Ron, quien ha pedido que se concreten ya "con éxito o sin él" y ha recordado que las que reciban dinero público "tienen que ser obligatoriamente reestructuradas".

"Las ayudas no pueden servir para alterar la competencia" y que las que hayan recibido dinero compitan "agresivamente contra las que hayan sido prudentes", ha afirmado, al tiempo que ha pedido una reflexión sobre "soluciones que exijan menos dinero público".

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