Wells Fargo no consigue sintonizar
Ken Feinberg tiene derecho a estar molesto por la decisión de indemnización de 2009 de Wells Fargo. El presidente Obama dijo en una entrevista en la CNBC que los 21,3 millones de dólares dados al consejero delegado del banco, John Stumpf, "planteaba serias dudas". De esta manera. Stumpf es el único director de un gran banco cuyo salario aumentó -en más del doble, de hecho, en relación con 2008-. Eso es excesivo dado que Wells se ha beneficiado tanto como sus competidores de los rescates que han contribuido a limitar los pagos de todo el sector.
El banco puede argumentar que Stumpf ganó menos dinero el año pasado que el anterior. Como porcentaje de ingresos netos, su salario disminuyó un 0,17%. Una historia similar es lo que ha pasado con JPMorgan y con Goldman Sachs.
Ambos experimentaron recortes en la remuneración absoluta. Los directores de Bank of America, Citigroup y Morgan Stanley, por su parte, ganaron menos dinero el años pasado y no cobraron ninguna prima en absoluto.
Lo que hace que Stumpf sea un caso aparte dado que su banco se benefició de los planes de rescate, y no sólo porque se llevó 25.000 millones de dólares. Su banco de inversión, como uno de los mayores prestamistas de hipotecas del país, está dentro del programa del Gobierno de 1,5 billones para comprar bonos hipotecarios.
Esto ayudó al banco a doblar su rendimiento sobre el capital el año pasado. Con todo, el resultado financiero de Wells Fargo empalidece cuando compara su 11% con el 22,5% de Goldman. Si el titán de Wall Street puede mostrar cierta moderación salarial sobre una mayor rentabilidad, Wells debería hacer lo propio.
Por Antony Currie