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Consecuencia de la desconfianza hacia la deuda pública

Emisiones más caras para la banca española

El aumento del riesgo país dificulta la financiación y bloquea el lanzamiento de deuda con aval.

Sucursal de Banco Santander en Madrid.
Sucursal de Banco Santander en Madrid.Bloomberg

El aumento del riesgo país y la desconfianza hacia la deuda pública española ha remitido en los últimos días pero ha dejado una huella inevitable en la deuda emitida por la banca española. La deuda soberana es referencia obligada en el mercado de capitales, la piedra angular sobre la que pivota la deuda corporativa, y el desprestigio en que ha caído recientemente la economía española ha repercutido directamente en las emisiones de deuda de la banca española.

El diferencial medio sobre mid swap en las ventas de deuda sénior pasó de los 39,3 puntos básicos de mediados de enero a los 96,2 puntos básicos de la primera semana de febrero, en la que se desató el pánico vendedor hacia los activos relacionados con Portugal, España, y el frente del castigo, Grecia. Es decir, el reclamo de rentabilidad que había que ofrecer a los compradores de la deuda bancaria española de mayor calidad casi se triplicó.

El mercado ha subido por tanto el listón para las emisiones de los bancos españoles, una situación que prevé prolongarse en el año e influir en las condiciones de financiación, marcando fuertes distinciones entre los bancos más holgados y los más necesitados de capital. Además, la banca no contará este año con la barra libre de liquidez del BCE, que eliminará muchas de las líneas de dinero extraordinarias puestas en marcha con el estallido de la crisis.

La banca cuenta a su favor cuenta con que, en términos generales, no tendrá tanta urgencia de financiación como en 2009. Este año afronta vencimientos de deuda por unos 72.000 millones de euros, pero tiene una baza a su favor; el año pasado emitió más deuda (87.320) que la que vencía en ese ejercicio (61.570 millones), lo que supone que se hizo con un colchón de 26.000 millones de euros. Asimismo, la subida de los costes de financiación en un momento dado -como la semana pasada- no se puede extrapolar al conjunto del año, pues el mercado tiende a aprovechar los momentos de mejores condiciones de mercado.

"Estamos en un mercado de ventanas de emisión que se abren y se cierran. Esperamos ver una avalancha de emisiones cuando se vuelva a abrir una ventana, al igual que se vio durante las dos primeras semanas de enero", añade Irene Pastoriza, experta del área de mercado de capitales de BNP Paribas.

Y a la espera de que regrese la calma al mercado de capitales para lanzar nuevas emisiones, la deuda bancaria ha tenido que encajar la desconfianza de los últimos días. "Los ataques especulativos también se han visto sobre la deuda emitida por los bancos españoles", añade Pastoriza. Aunque hayan sido más leves que los sufridos por la deuda pública española, hasta el punto de que el mercado ha visto más riesgo en la deuda soberana que en la deuda corporativa española. "La banca depende mucho de la calificación del Reino de España, pero no tiene sentido que el país tenga más riesgo que una de sus empresas", explica Gerard Vaqué, responsable de renta fija del Centro de Inversiones de Deutsche Bank. El experto recuerda que el castigo de los mercados ha sido más contenido en la renta fija corporativa que en la renta variable, donde la volatilidad es superior. "Si el mercado pone en precio que una empresa va a quebrar, siempre será mejor tener deuda que acciones", apunta Miguel Arregui, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Pero aunque el golpe no haya sido tan trágico, encajarlo ha supuesto un aumento significativo de los diferenciales que se pagan en el mercado secundario, sobre todo en la deuda bancaria avalada por el Gobierno español, precisamente ahora en entredicho. Así, el diferencial sobre las emisiones con aval lanzadas a finales de enero por Banco Cooperativo y por Bancaja se duplicó, llegando a superar los cien puntos básicos.

Los expertos coinciden en que, sorteado el primer embate de los mercados sobre la deuda soberana, las entidades financieras que quedarán más tocadas en el mercado de capitales son las que hayan pensado en emitir con el aval del Gobierno, una opción para la que Bruselas ha dado de plazo máximo hasta finales de junio. "Los grandes bancos españoles no tendrán problema en acceder a los mercados de capitales", apuntan en BNP Paribas, si bien el revuelo de los últimos días promete paralizar las emisiones con aval estatal, una alternativa de financiación especialmente socorrida para las cajas de ahorros. Así, una emisión bancaria con el aval del Gobierno debería ofrecer en estos momentos un diferencial de cien puntos básicos, un precio demasiado exigente para muchas entidades.

"El entorno actual de tipos bajos es propicio para lanzar emisiones, pero el aval el Gobierno está bastante desacreditado", resume Gerard Vaqué, que prevé un menor volumen de emisiones bancarias este año frente al pasado año.

La factura se traslada a la valoración en Bolsa

Las mayores exigencias del mercado elevarán el coste de capital de la banca española, un escenario que están empezando a descontar los analistas en sus valoraciones en Bolsa. Firmas como Goldman Sachs o Evolution Securities anunciaron esta semana rebajas en los precios objetivos, si bien los analistas coinciden en que el aumento del riesgo país no tendrá ni mucho menos un efecto devastador en la banca española. "El mercado exige ahora más retorno para comprar un activo español. Pero lo que sucede en la deuda pública tendrá un efecto limitado en los bancos españoles, que ahora tienen una posición bastante fuerte en ratios de capital", explican en Espírito Santo.Evolution Securities prevé que Santander tendrá que asumir un coste de financiación adicional de 50 puntos básicos en el vencimiento de deuda de este año, por un importe de 25.000 millones de euros. Y añade que una rebaja de un escalón en la calificación financiera del Reino de España tendrá un impacto de 10 puntos básicos en el ratio de capital Tier 1 y supondrá una rebaja del 3% en los beneficios de 2010. Si el castigo de las agencias de rating fuese más duro, con un recorte de dos grados para la deuda soberana, el impacto en el Tier 1 sería de 20 puntos básicos, con una reducción del 7% en los beneficios. Aun así, la firma considera que tales efectos serían muy manejables para el banco.Para Goldman Sachs, que ha reducido precios objetivos de todos los bancos españoles a excepción de BBVA, un incremento de cien puntos básicos en el CDS de la deuda soberana española a cinco años -ahora está en los 131,3 puntos básicos-, con el mayor coste de financiación que eso significa, se traduce en una rebaja del valoración de entre el 4% y el 6% para los grandes bancos españoles y de entre el 7% y el 9% para los bancos medianos.

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