Arrimar el hombro a Grecia
Grecia no es un banco británico prácticamente en quiebra con la necesidad de un rescate financiado por los contribuyentes. Es un país soberano con un Gobierno que sufre un serio problema de credibilidad. Pero Alemania parece, al menos, dispuesta a prestar a Atenas algo de su propia credibilidad. La cumbre de la Unión Europea de esta semana podría marcar el comienzo del final del crudo invierno financiero griego.
Los mercados han respondido bien a la mera indicación de que la UE -o para ser más concisos, la eurozona- está preparada para ayudar. El spread de los bonos del Gobierno griego disminuyó hasta los 282 puntos básicos el miércoles, por debajo de los casi 400 al final de enero.
Parece que hay sustancia detrás de la esperanza. Alemania y Francia están preparadas para llegar a un acuerdo sobre algún tipo de garantía para la emisión de deuda griega este año. Esta muestra de fuerza debería convencer a los mercados para que den tiempo al Gobierno griego para implementar su plan de reducción de déficit.
Se necesitan afinar muchos detalles para asegurar que los planes de la UE no violen ningún tratado. Y se espera mucho también del Banco Central Europeo, el cual podría exponer con claridad que aceptará la deuda griega como garantía después del final de 2010, cualquiera que sea la opinión de las agencias de calificación de riesgo.
Una cobertura de garantía de la deuda griega, incluso firmada por Alemania, no debería calmar los mercados durante mucho tiempo. Necesitan creer que la UE hará un seguimiento del progreso de George Papandreou, el primer ministro, mientras trata de transformar el plan en políticas concretas. La presión de la Comisión Europea ya ha dado lugar a un enfoque más duro, como son los recortes a los empleados públicos.
Los países que garantizan la deuda griega no necesitan obtener un precio alto -eso sólo supondría más carga financiera para la deuda griega-, pero necesitan exponer claramente lo que pasaría si Grecia se apartara del acuerdo, La simple respuesta podría ser que la garantía desaparecería para las futuras emisiones de bonos.
Las garantías no están exentas de riesgo. Los rendimientos en los bonos alemanes y franceses crecieron ligeramente el miércoles, pero París y Berlín han decidido claramente que el resultado vale el precio.
Pierre Briançon