Investigación, el futuro en juego
En un contexto de crisis económica como el que estamos sufriendo, corremos el riesgo de vernos atrapados por una peligrosa inercia paralizante si nos fijamos exclusivamente en los datos negativos que nos asaltan a diario. Cuando menos, es necesario -también justo- reconocer los avances que se puedan producir. Y los datos demuestran que en un ámbito tan esencial para el progreso económico y social de un país como es el de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), se está progresando.
Veamos. El número de solicitudes llevadas a cabo en el conjunto de España para la obtención de informes motivados para actividades de I+D+i creció un 42% en el año 2009 (para el ejercicio fiscal 2008) si se compara con el ejercicio fiscal anterior y un 731% desde el año 2004. Madrid, con un total de 920 solicitudes de informes motivados presentadas en el año 2009 (un 37% del total español), se situó en primera posición en lo que respecta al conjunto de las comunidad autónomas, por delante de Cataluña (431 solicitudes y 17% del total) y de la Comunidad Valenciana (324 solicitudes y 13% del total).
Por otro lado, el gasto en concepto de I+D+i por la vía de los informes motivados del Ministerio de Ciencia e Innovación en el conjunto de España durante el ejercicio fiscal 2008 alcanzó los 16.090 millones de euros, frente a los poco más de 898 millones de euros del ejercicio 2007. En Madrid el gasto en esta misma materia fue de 5.022 millones de euros en el ejercicio 2008, lo que representa el 31% del total español, mientras que en Cataluña ascendió a 4.801 millones de euros (30%) en el mismo ejercicio.
Un aspecto relevante a seguir durante los próximos años será el número de personas dedicadas a actividades de I+D en equivalencia a jornada completa. En el ejercicio 2008 la cifra alcanzó las 215.676 personas en España, esto es, el 10,65% de la población ocupada.
Aun reconociendo estos progresos, son muchos los frentes que todavía deben atacarse para conseguir que nuestro sistema de I+D+i avance en la dirección adecuada y obtengamos mejores resultados en variables que permiten medir el rendimiento de un sistema de innovación, como puede ser el número de patentes que se genera en su seno.
Hay que impulsar las interconexiones entre los distintos agentes que lo integran -empresas, universidades, parques científicos, etcétera-, mejorar el sistema de incentivos fiscales a disposición de las empresas y crear una cultura innovadora extensible al sector público y privado. La crisis económica no debería ser una excusa para que la inercia paralizante se adueñe del sistema de I+D+i, sino más bien un acicate para imprimirle una buena velocidad de crucero. Nos jugamos el futuro.
Xavier Cazabon. Director general de F. Iniciativas