La UE deja escapar la riqueza del mar
Un estudio concluye que, de haberse evitado la sobrepesca, las capturas podrían superar en un 80% las actuales
Es rentable proteger las especies? Los estudios científicos sobre la importancia de preservar la biodiversidad, es decir, la supervivencia de las especies, empiezan a cambiar su diagnóstico conservacionista, poco atractivo, por un veredicto económico.
Ya no se trata de sentar sombrías perspectivas sobre las consecuencias de obviar la capacidad limitada de los recursos naturales, sino de plasmar el coste económico de su sobreexplotación.
En el caso de los recursos marinos, los más vulnerables por el aumento exponencial de la demanda de pescado en los últimos años, un estudio publicado esta semana por la Universidad de Leibniz muestra que, "de haber respetado sus compromisos de gestión sostenible, las capturas podrían ser un 80% superiores a las obtenidas actualmente", según Rainer Froese, investigador de ecología marina y autor del informe.
Sólo el 1% de los mares europeos están protegidos por normas comunes
Este científico advierte que si la tendencia no se revierte, "recuperar las reservas europeas supondrá más de 30 años", explica en el documento. Las capturas totales actuales, que se elevan a 7,6 millones de toneladas, rozarían los 13,6 millones "si la UE hubiera respetado sus compromisos en gestión sostenible".
Precisamente, la Comisión Europea reconoció la semana pasada, de cara a la celebración del Año Internacional de Biodiversidad, en 2010, el fracaso en el intento de detener la extinción de especies antes de este año.
El comisario de Medio Ambiente, Stravos Dimas, aseguró recientemente en un comunicado que la extinción de especies "sigue registrando límites alarmantes. Más de un tercio de las especies analizadas están amenazadas de extinción y se estima que un 60% de los servicios del ecosistema se han deteriorado en los últimos 50 años".
El acuerdo sobre áreas marinas protegidas vigente tiene como objetivo la aplicación de leyes nacionales que limiten la sobrepesca en el horizonte de 2010, "pero no se ha conseguido y la UE se ha dado de plazo otros diez años, hasta 2020", explica Ricardo Aguilar, director de investigación de la ONG Oceana, especializada en conservación marina.
Esta organización denuncia que sólo el 1% de los ecosistemas marinos europeos están protegidos, y considera necesaria la creación de una red de áreas marinas protegidas, parecida a la red de parques nacionales y naturales, bajo el agua. En tierra, Oceana estima que los espacios prohibidos al desarrollo de actividades económicas alcanza el 15%.
Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), realizado en 2009, revela que en 2050 la acidificación de los océanos puede haberse incrementado en un 150%, cien veces más deprisa que la experimentada en los últimos 20 millones de años.
"Si ésta no disminuye, pronostican que a mediados de siglo se causará una extinción masiva de arrecifes de coral y otros organismos calcificados, además de la pérdida de gran número de especies marinas que dependen de ellos para su alimento y refugio y de efectos adversos en organismos como los mamíferos marinos", prevé Oceana. La organización trabaja en un proyecto para aumentar las zonas marinas protegidas en España.
Menú de lujo sin pescado estrella
La cadena de hoteles y restaurantes de lujo más prestigiosa del mundo, Relais & Chateaux, tejida por 475 hoteles y restaurantes en 57 países, ha decidido retirar de sus cartas todas aquellas especies amenazadas.La decisión sorprende ya que, en este tipo de establecimientos, los pescados más demandados son, precisamente, los más expuestos a la sobrepesca, como el atún rojo."El 1% de los pescadores de todo el mundo captura el 60% de las reservas. No puede ser", ha explicado el combativo vicepresidente de la organización, el francés Olivier Roellinger, promotor de la medida. "Ahora se trata de conservar nuestra mayor despensa, el mar".Desde el 1 de enero, ninguno de estos establecimientos, entre los que figuran Arzak y Berasategui, sirven especies en peligro de extinción. Se trata, además, de hacer pedagogía y explicar a sus clientes las razones que han impulsado una nueva carta sin el plato estrella.