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Columna
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El descuento de Chávez y Telefónica

Telefónica ha tenido su propia dosis de altibajos en América Latina. Es inevitable para el inversor extranjero más grande en la región. La devaluación del 50% de la moneda venezolana es claramente un bajón. Pero la historia de crecimiento de Telefónica en América Latina permanece intacta.

Es cierto, Venezuela generó alrededor del 7% de los ingresos totales del grupo de telecomunicaciones y un 8% de los beneficios de explotación antes de depreciación y amortización, por lo que es el segundo mayor mercado en la región, después de Brasil. Así que la devaluación le dolerá.

En la cuenta de resultados, la devaluación borrará el 4,4% del Ebitda de 2010, según estimaciones de Deutsche Bank. En el balance, la deuda neta del grupo, 42.500 millones de euros a finales del tercer trimestre, aumentará en alrededor de 1.000 millones de euros. En general, los analistas estiman que el golpe al valor de la acción de Telefónica será de alrededor del 5%. Esto es más o menos lo que ha caído la acción desde que se anunció la devaluación el pasado viernes.

Telefónica ha restado importancia a los daños, en gran parte porque hacía tiempo que había previsto el "descuento de Chávez". Telefónica esperaba una devaluación y no renuncia a sus objetivos de beneficio por acción y dividendos. La compañía tiene problemas para repatriar los dividendos de Venezuela, y no ha confiado en que el país fuera a devolver los dividendos en los últimos cuatro años. Alcanzar el objetivo de 2,10 euros de beneficio por acción este año puede ser más complicado si las beneficios de Venezuela están más afectados por los ajustes contables de una hiperinflación. Eso puede ser la razón por la que el mercado espera menos de 1,9 euros por acción.

Argentina, donde la inflación también despega, podría traer más malas noticias para Telefónica. Pero Brasil representa más de un tercio de los ingresos en la región en los nueve primeros meses de 2009. La empresa allí sigue siendo fuerte, aunque Telefónica perdió frente a Vivendi en la lucha por la compañía brasileña de telecomunicaciones GVT. Pese a todos los contratiempos, América Latina sigue siendo un buen lugar para Telefónica.

Fiona Maharg-Bravo

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