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Columna
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El mercado de las capturas de CO2

Los bancos de inversión tenían altas esperanzas en el comercio de CO2. Point Carbon, una consultora energética, predijo en 2008 que el mercado de las emisiones de CO2 alcanzaría 2 billones de euros hasta 2020. Sin embargo, el fracaso de la cumbre de Copenhague ha hecho añicos las esperanzas de un mercado global. Los escenarios nacionales podrían ayudar a llenar el vacío, pero las negociaciones en la primera mitad de 2010 serán cruciales.

El comercio de CO2 es minúsculo en comparación con otros mercados energéticos. En 2009 cambiaron de mano asignaciones con un valor de alrededor de 150.000 millones de dólares. Esto generó ingresos de 850 millones de dólares para los bancos de inversión, según Emmanuel Fages, analista de Société Générale. El equivalente a unas pocas horas de negociación en los mercados de petróleo. La mayoría de esos ingresos procedían del precio de cobertura y del volumen de riesgo asociado con proyectos para compensar las emisiones de CO2.

La fracasada cumbre de Copenhague dispuso un escenario global de comercio de asignación de emisiones, sustituyendo al Protocolo de Kioto, que expira en 2013. Pero los mercados locales podrían cubrir parte del déficit. El mercado de EE UU, que según la estimación de Fages podría valer 1,3 billones hasta 2020, es el más importante. El Senado de EE UU está debatiendo un escenario, pero el lanzamiento de un mercado federal en 2012 se puede venir abajo si no se aprueba un proyecto de ley antes de las elecciones de noviembre.

Kevin Rudd, primer ministro de Australia, presentará un proyecto de ley de CO2 al Senado por tercera vez en febrero y en mayo convocará elecciones si es rechazado. En Japón, el primer ministro, Yukio Hatoyama, quiere introducir un objetivo obligatorio de emisiones contra la oposición feroz de la industria.

Los bancos de inversión tenía la esperanza de sacar provecho del cambio climático. Sin embargo, hasta la fecha sigue siendo un nicho de negocio. Barcap, el principal actor, emplea sólo cuatro personas en su mesa de operaciones. Algunos bancos, como Credit Suisse y UBS, se han retirado del mercado. Si los países individuales no actúan pronto entonces el comercio de CO2 seguirá siendo una barraca de feria en el futuro inmediato.

Margaret Doyle

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