La gran partida de póquer griego
Nuño Rodrigo - 07/01/2010
Más que tragedia, la situación económica griega apunta a culebrón. No porque no sea complicada, sino porque apunta a perpetuarse en el tiempo de forma indefinida, y cada día con novedades de mayor o menor fuste aportadas por alguna de las innumerables partes que tienen que ver en el asunto.
Ayer Jürgen Stark, miembro del comité ejecutivo del BCE, sugería en una entrevista en Il Sole que la Unión Europea no tendría por qué rescatar a Grecia si necesitase ayuda financiera. No es tarea del Banco Central Europeo rescatar o no rescatar países; un eventual apoyo financiero sería una decisión de la Comisión, de los países miebros o del FMI, no del banco. Pero sus declaraciones forman parte del complicado juego de póquer alrededor de los problemas de las finanzas públicas griegas.
Y hay muchos y muy bregados jugadores sobre la mesa: el Gobierno griego, el BCE, las agencias de rating, Bruselas, las cancillerías de París y Berlín, el propio FMI... Todos afrontan el mismo problema ante la acumulación de déficit público en Grecia y la probabilidad de nuevas rebajas de rating y nuevas presiones del mercado. Si se abre demasiado la mano en el respaldo a Grecia -sea prometiendo un rescate como el de Abu Dhabi con Dubai o permitiendo que la deuda griega se descuente en el BCE-, ni este país tendrá incentivos para ajustar sus finanzas públicas ni lo tendrán los demás miembros del euro. Dejar que el mercado aplique su disciplina supone poner a un miembro fundador del euro a los pies de los caballos y, de facto, convertir la zona euro en algo radicalmente distinto a lo que empezó siendo.
La inexistencia de un mecanismo que permita una negociación vis a vis provoca que se multipliquen los mensajes ambiguos. Si Grecia detalla su ajuste fiscal quizá el apoyo financiero del Norte no llegue nunca. Si Bruselas o el BCE dicen que rescatarán a cualquier precio, Grecia retrasará sus decisiones. En una partida de póquer, enseñar la jugada es perder la mano. nrodrigo@cincodias.es