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Columna
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Que a Nestlé no le pierda su efectivo

Nestlé se cuenta entre las pocas grandes corporaciones que han devuelto efectivo a sus accionistas. Y puede que el mayor grupo alimentario del mundo se haga con 28.000 millones de dólares más el próximo mes por la venta de su participación en la firma de cuidados oculares Alcon. Con tal cantidad de efectivo en mano, será difícil resistir la tentación de salir de compras. Pero Nestlé debería ceñirse a sus planes originales y concentrarse en aportar efectivo a los accionistas.

A finales de junio Nestlé casi había duplicado su flujo de efectivo operativo hasta los 6.400 millones de francos suizos, mientras que la deuda neta había caído en picado. En vez de lanzarse a por negocios baratos durante la recesión, el grupo recompensó durante el primer semestre a los accionistas con 6.500 millones de francos suizos en dividendos y readquisición de acciones.

Esta actitud conservadora parece sensata. El interés de Kraft Foods en Cadbury indica que Nestlé ha dejado pasar la ocasión de comprar a buen precio la unidad de chicles de la compañía británica. Y dicho negocio encajaría con el nuevo énfasis de Nestlé en la salud.

Pero hay otros objetivos. Un acuerdo con la suiza Lindt & Spruengli tendría sinergias en la compra, la manufactura y la distribución, pero los 7.000 millones de francos suizos que costaría excede los 3.000 que se fijó Nestlé como tope para una adquisición individual.

Nestlé debe ser cautelosa. El momento de los grandes acuerdos ya ha pasado, y una gran operación significaría un giro importante en la estrategia del grupo que afectaría a la credibilidad de Nestlé y seguramente a su rating. La compañía suiza debería ceñirse a lo que mejor sabe hacer: generar efectivo y transmitírselo a los inversores.

Por A. Smith

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