_
_
_
_

El complicado papel del BCE

Nuño Rodrigo - 11/12/2009

Ser el bueno de la película, el que mata a los malos, salva a los buenos y se lleva a la chica mientras suena la música es algo que, quien más quien menos, todo el mundo ha soñado alguna vez. Incluso quienes se dedican a algo tan árido como la política monetaria. De un tiempo a esta parte, los banqueros centrales fueron quienes, aparentemente, salvaban al mundo de las tropelías de otros. Ahora les va tocando ser los malos, y no es que les disguste el papel -están más que acostumbrados-, es que no saben cómo interpretarlo.

Jean-Claude Trichet, fiel al repertorio del BCE, está preparando al mercado para la normalización de su política. Ha separado los planos de tipos de interés de las medidas de liquidez. En los tipos, el panorama está claro, los subirá cuando haya expectativas de inflación. El problema está en las medidas de liquidez. El BCE ya endureció -nominalmente- los criterios para que los bancos aporten titulizaciones como colateral cuando piden dinero. Pero la crisis griega ha complicado la estrategia de salida.

El problema de fondo es que el sector bancario ha aprovechado las líneas de financiación del BCE; comprar deuda del Estado ha sido una fórmula excelente para tener líneas de liquidez abiertas a coste cero. No sorprende que los países de la Europa periférica, como España y Grecia, han sido de los más activos en esta operativa. De momento, la deuda soberana griega se puede aportar como colateral hasta 2011; a partir de entonces, sólo se aceptará deuda con rating A- como mínimo.

El problema viene después. La hipersensibilidad del mercado con la Europa periférica complica la estrategia de salida, pues una mayor dureza del BCE agravaría las turbulencias. Pero, al contrario, prolongar la barra libre supondría que parte de la zona euro no estaría sometida a la disciplina del mercado, y la máquina de billetes del BCE sostendría indefinidamente los déficit públicos.

Archivado En

_
_