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Columna
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La eurozona, débil para andar por sí sola

El Banco Central Europeo ha dado un paso diminuto hacia la salida monetaria. Jean-Claude Trichet anunció que la última subasta de inyección de liquidez para los bancos no se fijará al ultrabajo 1%, sino en función de las pujas de las futuras operaciones de refinanciación. Con todo, el presidente del BCE no podría haber subrayado con mayor firmeza que eso no señala la tensión de la política monetaria. La liquidez, dijo Trichet, continuará siendo "extremadamente abundante".

Es fácil ver por qué Trichet quería enviar el mensaje con total claridad. A juzgar por sus cautelosos comentarios sobre los bancos, sobre los préstamos y sobre Grecia, así como sobre las propias previsiones del BCE, la eurozona no es que tenga dos velocidades sino que más bien va a poca velocidad. Algunas de las economías del bloque están al borde del estancamiento.

El BCE, como la Fed, está reduciendo paulatinamente su generosidad post-Lehman. Pero eso no quiere decir que esté seguro. Los datos sobre masa monetaria y las previsiones de inflación deberían preocupar al banco. A pesar de la generosa provisión de fondos a los bancos, el crecimiento anual de la masa monetaria en sentido amplio cayó más en octubre, hasta el 0,3%. Los préstamos de la eurozona a los propietarios, destacó, bajaron tanto en septiembre como en octubre. Pero cae año tras año, como también lo hacen los préstamos a corporaciones no financieras.

Las empresas de la eurozona confían más en los bancos que en los mercados financieros para su financiación, así que la debilidad en los flujos de préstamos no es una buena señal. Rainer Bruderle, el ministro de Economía alemán, alertó esta semana que las firmas alemanas se enfrentan a una crisis de crédito.

Pero lo que debe molestar al BCE por encima de todo es la debilidad de Grecia, Irlanda, Portugal y España, cuyas economías están a punto de estancarse. Tras la sorpresa de Dubai World, los mercados miran con más nerviosismo a las necesidades financieras de Grecia. E Irlanda, en plena deflación, está recortando seriamente el gasto.

El nivel de precariedad financiera varía. Pero de Alemania a Grecia, el único burbujeo de la eurozona se produce en el sector financiero, no en las economías reales. Parece que Trichet y su equipo permanecerán en su línea de políticas sueltas en 2010.

Por Ian Campbell

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