GM busca nuevo piloto para su propio rally
General Motors quiere dejar atrás su peor cara rápidamente. Ante sí tiene un rally consigo misma, lleno de dificultades, y para el que necesita un piloto que pise el acelerador con decisión y controle bien el volante. Es algo que el consejo de la automovilística de Detroit dudaba que pudiera hacer Fritz Henderson, quien desde marzo y hasta el martes ha sido el consejero delegado de la compañía. Por eso en su última reunión se le pidió la dimisión.
En una empresa que ha mantenido durante años a sus consejeros delegados, la dirección de Henderson es, de lejos, la más breve de la historia y habla bien a las claras de ese deseo de velocidad en las resoluciones que tiene el nuevo consejo.
Su abrupta salida dejó muchas caras perplejas en Detroit porque no había señales que indicarán una decisión como esta. No obstante, tampoco es del todo sorprendente dada la prisa que tiene GM por reinventarse.
El fabricante de coches busca un consejero delegado experto en reinvenciones
Parte de este objetivo pasa por acabar con una dinámica de trabajo que ha mostrado demasiados fallos. En el pasado reciente, GM era una gran empresa donde los papeles se movían a un ritmo cansino y las decisiones tardaban en llegar. El gigante de la automoción se convirtió en una empresa esclerótica que ha terminado acumulando unas pérdidas de 88.000 millones de dólares desde 2004, ha pasado por una suspensión de pagos controlada y está bajo el control del Gobierno americano quien se vio forzado a intervenirla con capital público.
Con todo, Henderson, que ha trabajado 25 de sus 51 años en la compañía, imprimió un ritmo mucho más dinámico a sus gestiones. Por eso, cuando el Gobierno decidió la pasada primavera echar un cable a GM y forzó un cambio de liderazgo, este ejecutivo -fajado en la complicada división europea-, fue el insider mejor posicionado para sustituir a Rick Wagoner como consejero delegado. Pero su impronta no ha sido suficiente para el nuevo consejo de la compañía. El martes, este órgano hizo una evaluación de sus últimos 100 días y decidió que era momento de pasar página. El presidente del consejo, Ed Whitacre, un ejecutivo que estuvo al frente de ATT y también fue elegido por la Administración de Obama, se encargó de anunciar, tras la reunión, que él mismo tomaba, de forma interina, el relevo de la dirección hasta que se encuentre a un nuevo piloto.
La falta de sustituto para reemplazar a Ray Young al frente de la dirección de finanzas, las ventas empantanadas de Saab y Saturn, la pérdida de cuota de mercado y la falta de un plan concreto para mantener ventas sin descuentos, fueron algunos de los asuntos que han jugado claramente en contra de la gestión de Henderson. También ha faltado sintonía con respecto al futuro de Opel. El ex consejero delegado negoció la venta de la filial europea mientras que el consejo no terminaba de entender cómo iba a competir GM en el mundo sin tener una presencia en el gran mercado del viejo continente. Henderson tenía además ideas que no eran totalmente compartidas sobre cuándo se podría devolver el dinero que el Gobierno ha prestado a la empresa y para cuándo se estaría preparado para volver a cotizar en los mercados.
El ejemplo de Ford
La búsqueda del nuevo consejero delegado será internacional y el equipo que lo haga tendrá interés en estudiar los currículos de personas ajenas al mundo de la automoción, algo que suele ser muy infrecuente en esta industria.
Pero ni en GM, ni en ninguna otra empresa del sector, ha pasado desapercibida la gestión de Alan Mulally al frente de Ford, la única automovilística de Detroit que ha podido aguantar la crisis y está sacando pecho. Mulally es un ingeniero aeronáutico que llegó a la cabeza de la empresa del óvalo después de pasar por Boeing. Según llegó a Michigan, Mulally estudió a fondo la empresa y decidió reducir el número de marcas y sanear su balance. Para ello hipotecó hasta el logo.
Whitacre, el consejero delegado interino de GM es también un hombre que se estrena con sus dos puestos en la industria de la automoción. De hecho, poco después de llegar al frente de la compañía admitió que no tenía mucha idea de coches.
Ahora, este hombre de 68 años, tiene ante si la tarea de entrenarse para el rally porque aunque es interino, ayer dijo a sus empleados que no cree que se encuentre a un ejecutivo apropiado en menos de un año. El problema que tiene la automovilística es que el perfil que se busca tiene ya dos atributos bien definidos no siempre fáciles de encontrar en la misma persona. Se busca a una persona experta en reinvenciones de industrias centenarias que además no lo haga por el dinero.
La compensación del consejero delegado de GM la determina Ken Feinberg, un experto mediador que fue nombrado por la Administración para determinar el sueldo que debían cobrar las cúpulas de empresas intervenidas como GM.
A sus espaldas Whitacre tiene una experiencia que puede beneficiar al fabricante del Cadillac. Directo en el trato, como lo son la mayoría de los tejanos, este ejecutivo ha pasado casi toda su vida en el sector de las telecomunicaciones. De su gestión afirma que en AT&T mantuvieron el nombre pero rehicieron la compañía, algo que quiere replicar en Detroit. En la telefónica, eso si, tenía un gran talonario para hacer posibles los cambios, en esta empresa, hasta que no se termine de quemar dinero en la caja, el talonario va a ser difícil que se abra.