La pugna AENA-controladores pone en jaque los vuelos en el puente y Navidad
La conflictividad aérea parece inevitable en el puente de la Constitución y la Navidad. La tensión AENA-controladores ha alcanzado máximos con una amenaza de expediente colectivo y el cierre de pistas y sectores en varios aeropuertos. La empresa y el sindicato USCA se reúnen hoy a negociar el convenio y las aerolíneas exigen soluciones.
Sólo un acuerdo o una tregua in extremis puede evitar que la conflictividad aérea vuelva a ser un quebradero de cabeza para el sufrido pasajero aéreo que ha programado acudir a los aeropuertos españoles en las próximas celebraciones del puente de la Constitución y de la Navidad para realizar viajes en sus vacaciones. El año pasado el caos en los aeropuertos durante estas fiestas fue provocado por el desencuentro de Iberia con sus pilotos.
La tensión entre el sindicato de controladores, USCA, y la empresa pública AENA, propietaria de la red aeropuertos y proveedor de los servicios de dirección de tráfico aéreo, no ha hecho sino enconarse en los últimos días. Para hoy y mañana se han fijado dos reuniones de negociación del convenio de este colectivo compuesto por 2.400 trabajadores. Ambos encuentros se perfilan como las últimas oportunidades para evitar lo peor.
AENA ha convocado, a su vez, para el miércoles a las compañías aéreas que, junto a los pasajeros, serán los mayores damnificados, para explicarles cuál es la situación y buscar alguna manera de paliar los efectos.
Hoy entra en vigor la obligación de fichar en todos los centros de control
Las perspectivas de un entendimiento entre las partes enfrentadas son prácticamente inexistentes. La irregularidad en el tráfico canario ha sido una de las notas dominantes durante el pasado fin de semana. Ayer tocó el turno a las zonas aéreas asignadas a los centros de control de Barcelona, Valencia y, en especial, el de Madrid. Buena parte de la jornada el aeropuerto de Barajas estuvo operando con sólo dos de las cuatro pistas de las que dispone.
Los controladores mantienen su negativa a hacer horas extraordinarias y los del centro de control de Torrejón de Ardoz consideraron que con la plantilla del turno de la mañana no era posible mantener la actividad de Barajas a pleno rendimiento, según señalan responsables de USCA.
Fuentes de AENA dijeron que la empresa está dispuesta a "recuperar sus competencias en la capacidad de gestión del tráfico, lo que implica que nosotros somos los que decidimos con cuántos controladores se puede mantener un determinado nivel de actividad". Por esta razón, señalaron, no asignamos mayor número de trabajadores y estudiaremos las responsabilidades en las que se pueda haber incurrido.
El viernes la tensión se disparó en la mayoría de los centros, ante la inminente entrada en vigor de la obligación de los controladores a fichar a la entrada y salida de sus respectivos horarios. Se produjo un plante del colectivo a firmar determinados documentos, lo que provocó la amenaza de un expediente colectivo.
En la ruta Madrid-Barcelona ningún avión ha sido autorizado en los últimos días a realizar la ruta directa, en base a la aplicación estricta del reglamento por los controladores, lo que ha provocado la protesta de las aerolíneas ante AENA.
Plazo de seis meses para actuar contra el ruido
AENA ha asegurado que la enmienda socialista que modifica la Ley de Navegación Aérea obliga al Estado a resolver el problema del ruido de los aeropuertos y establece un periodo de seis meses para que se aprueben las servidumbres acústicas. Esta enmienda será votada hoy en el Senado y ha levantado las críticas de la Asociación Nacional de Vecinos contra el Ruido y el Riesgo de los Aeropuertos, que la ha calificado de "perversa" porque dice que determina que los ciudadanos tendrán que "soportar sobrevuelos, frecuencias, ruido y demás impactos ambientales" de aeronaves.A juicio de AENA, la propuesta del Grupo Socialista establece un marco para la protección de los derechos de los ciudadanos que viven en el entorno de infraestructuras aeroportuarias y regula la aplicación de medidas de insonorización en aquellas urbanizaciones o zonas afectadas por los sobrevuelos, y cuyo nivel de ruido no sea compatible con la calidad acústica establecida en el ordenamiento nacional y en el que exige la normativa nacional e internacional. La empresa pública ha destacado que establece un plazo concreto de seis meses para que se aprueben las servidumbres acústicas de las infraestructuras aeroportuarias con más de 250.000 movimientos al año y se atiendan los derechos de los afectados por la operación de los vuelos. El ente público ha especificado que la actual Ley del Ruido y su reglamento de desarrollo no prevén ningún plazo concreto para aprobar estas servidumbres acústicas.En el trasfondo del enconamiento de la situación se encuentra la sentencia de un tribunal de Madrid que obliga al aeropuerto de Barajas a reducir en un 50% la actividad de una de las cuatro pistas.
Las cifras
20% es la media de vuelos que ayer sufrieron retrasos. No supone una alteración fuerte porque el tráfico fue escaso.2.400 controladores hay en España en la actualidad. AENA dice que son suficientes, USCA asegura que existe una gran carencia.