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Secretos de despacho

Movimiento en Puerto Venecia

Nick Hodson vigila las obras y el proyecto de un centro comercial y de ocio en Zaragoza

Llegó a España hace 11 años con la intención de hacer un máster en la sede del IESE en Barcelona. Y se quedó. Nick Hodson es el consejero delegado de Eurofund Investments Zaragoza, perteneciente a la promotora del centro comercial y de ocio Puerto Venecia, ubicado en la citada ciudad. Tiene dos niños gemelos nacidos en España y se considera muy español, aunque también ciudadano de ninguna parte. Nació en Malasia hace 41 años, se crió en Nigeria, Zambia y Arabia Saudí y fue a la universidad en Inglaterra, y asegura que de todos los lugares en los que ha residido ninguno se aproxima a los estándares de calidad y de nivel de vida como España. "Se trata de una combinación de clima, cultura, gastronomía y seguridad que no hay en ningún otro lugar", afirma este ejecutivo que comenzó ejerciendo como economista dentro del sector de la construcción y más tarde fue socio en la empresa de infraestructuras inmobiliarias EC Harris, donde se encargó de abrir sucursal en Madrid y donde tuvo una plantilla de un centenar de personas.

Después de esta experiencia inició contacto con la inmobiliaria British Land, dedicada fundamentalmente a desarrollar parques comerciales y de ocio en Europa. Entre ellos, el de Puerto Venecia, que contará con más de 200.000 metros cuadrados distribuidos en 250 locales dedicados al consumo y el entretenimiento. La inversión total del complejo es de aproximadamente 1.000 millones de euros, de los cuales 600 corresponden a inversión directa y los 400 millones restantes, a los operadores. La primera fase del centro ya está operativa, con establecimientos como Ikea que ya están a pleno rendimiento, y la segunda fase finalizará en 2011. El parque creará 4.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Otras locomotoras del centro serán El Corte Inglés, Media Mark, Leroy Merlin, Toys R Us, Primark, Decathlon y, como novedad, se incluirá en la zona de entretenimiento un nuevo concepto denominado surf urbano, que llegará a España, por primera vez, de la mano de la compañía Wave House, con sede en San Diego (California), que invertirá seis millones de euros en la instalación de un sistema de olas estáticas.

"Este proyecto es un gran reto por muchas razones, porque es ambicioso en su planteamiento y porque se trata de arrancarlo desde abajo, y eso requiere un esfuerzo en la creación de la cultura corporativa y en el equipo de profesionales, que es importante que esté cohesionado", reconoce Hodson, que si algo valora del carácter español es la capacidad que tiene la gente para generar ideas. Lo que le preocupa a este ejecutivo es cómo se va a comportar en los próximos meses el consumo, aunque "creemos que 2011 será un buen año para despegar porque ya habremos salido de la crisis".

"En España hay una combinación de clima, cultura, gastronomía y seguridad que no hay en ningún otro lugar"

Nick Hodson se mueve en estos momentos entre dos aguas: visualizar el proyecto a largo plazo, con objetivos globales, y seguir el progreso de la obra. Por ello, siempre tiene a punto unas botas y un casco. Le gusta controlar el avance de los obreros que trabajan allí. "Cuando te involucras en un proyecto tienes que seguirlo y controlarlo desde el principio al final". Lo que no sabe es lo que ocurrirá cuando finalicen las obras y el centro entre en funcionamiento. "Me gustaría seguir vinculado a proyectos en Europa y mantener mi residencia en España, pero no sé los planes que tiene para mí British Land. Yo miro al futuro con optimismo, y aunque los momentos que vivimos no son buenos, seguro que surgirán muchas oportunidades". Y asegura que si para algo puede servir esta crisis es para replantear algunos conceptos, como "entrar más en el detalle, en el control y, sobre todo, aprovechar todas las lecciones que podamos extraer de este momento". Cree que toda cultura corporativa debe respetar al individuo, ir hacia estructuras menos jerárquicas, ofrecer responsabilidades al equipo y, después de todo ello, buscar el rendimiento. "Respeto y responsabilidad dentro de un ambiente de colaboración es la clave para triunfar hoy día".

Define su estilo de liderazgo como participativo. "Soy muy de escuchar a la gente y después hago mi trabajo, que es tomar decisiones, algo que no puedes hacer si no tienes la información adecuada, y para ello necesitas tener gente de confianza". Parece un ejecutivo entusiasmado con lo que hace e intenta transmitirlo a lo largo de la conversación. "Todo el mundo necesita creer en lo que hace, aunque muchas veces la motivación se convierte en frustración".

Su despacho, con vistas a un gran campo, es austero y sencillo, con una mesa y poco más. Y transparente, "me gusta que mi equipo me sienta muy próximo y pueda verme a través de la puerta de cristal. Muy cerca tiene una gran maqueta de cómo quedará el centro comercial cuando finalicen las obras. Con el resultado es con lo que sueña, y con ver más a menudo a sus dos hijos gemelos de seis años.

Con la maleta a cuestas

Su jornada laboral no tiene fin. "No tengo horas suficientes para atender todos los temas pendientes y urgentes que aparecen cuando se está liderando un proyecto de este tipo", afirma Hodson.A sus quehaceres cotidianos debe incluir continuos viajes a Inglaterra y a Zaragoza, donde tiene instalado un despacho, aunque vive en Barcelona. "El horario no existe para mí, la conciliación es un objetivo a perseguir, pero lo importante es tener conciencia de que hay que mejorarlo porque si no nunca lo vas a lograr, aunque también entiendo que la demanda del mundo del trabajo actual es así".Son las reglas del juego, sobre todo cuando se tiene un puesto de responsabilidad como el que ocupa. "Lo curioso es que te demandan en casa, en el trabajo, en todos los lugares, y a veces me pregunto, ¿lo hago bien? Pues, a veces".Por si acaso, siempre tiene a punto en su despacho una maleta con un traje, preparados para acompañarle en su periplo. E insiste en que la gestión de la agenda, como les sucede a muchos ejecutivos, es una de sus asignaturas pendientes. "Es una lucha diaria, y me encantaría tener una jornada de ocho de la mañana a ocho de la tarde, pero desgraciadamente no puedo tenerla".Además, de la maleta siempre tiene a punto su ordenador portátil y su Blackberry.

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