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Tribuna
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Vecinos energéticamente más eficientes

Hace una semana, oculto bajo las muchas modificaciones de la conocida como ley del desahucio exprés, el Congreso aprobaba con los votos de PSOE, CiU y PNV un importante capítulo destinado a incentivar la eficiencia energética en las zonas comunes y aparcamientos de las viviendas. En concreto, las comunidades de propietarios necesitarán de menos unanimidad para emprender obras sostenibles, ya sean hídricas o energéticas.

Se trata de un pequeño avance en la lucha que parte de los pequeños instaladores y grandes empresas del sector estamos impulsando desde hace años en beneficio de la existencia de una red eléctrica apta, segura y tecnológicamente avanzada en nuestro país. Es triste constatar cómo la imagen de viejos cableados que viajan de poste en poste ha llegado a convertirse en parte natural del paisaje.

Generalmente la falta de estética suele ir acompañada de otros inconvenientes. Además del peligro que entraña esta situación, aparte del derroche económico que supone. Tengo el orgullo de dirigir una empresa que lidera el mercado de la eficiencia energética en España y puedo afirmar con total conocimiento de causa que por cada kW que ahorramos a nuestros clientes, mediante una instalación o revisión apropiada, ahorramos 3 kW al mundo.

Por dar una cifra, en España hay más de nueve millones de viviendas que necesitan rehabilitarse, tal y como ha denunciado en reiteradas ocasiones la plataforma para la revisión de las instalaciones eléctricas (PRIE). Sabemos que una instalación eléctrica en malas condiciones pierde muchísima más energía de la que consume, cosa que provoca el contrasentido de constatar que estamos tirando por la borda un recurso del que somos gravemente deficitarios.

Tal como dice la proposición de ley y la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia, el sector de la edificación tiene un impacto del 17% en el conjunto del consumo energético de toda España. La reforma legal también permite que las comunidades de propietarios puedan adoptar acuerdos para la realización de obras y la instalación de equipos o sistemas que tengan por finalidad mejorar la eficiencia energética del edificio, lo que permitirá a los hogares españoles reducir el coste de la factura energética y contribuirá a combatir el cambio climático.

Parece ser, por lo tanto, que nuestro poder legislativo empieza a dar pasos en la buena dirección. Ahora, para acabar con este delirante paisaje de viejos cableados que saltan de fachada en fachada, sobreviviendo en un milagroso estado de equilibrio, sólo falta que otras instituciones políticas, es decir, la Administración pública, tengan a bien definir y apostar por el que debe ser el modelo energético a seguir en nuestro país. Un país que no cuenta ni ha contado nunca con fuentes de energía suficientes y que debe replantearse su mix energético. Debemos racionalizar nuestro consumo y apostar por la eficiencia energética para conseguir reducir nuestras emisiones de CO2.

Tal vez sería bueno que las Administraciones diesen ejemplo, siendo las primeras y creando un modelo de eficiencia en sus edificios públicos.

Enrique Valer. Director general de Schneider Electric para la zona ibérica

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