Los jóvenes sin hijos y con rentas altas reavivan el consumo
La crisis no ha pasado factura a las parejas jóvenes sin hijos y con rentas elevadas, según un informe elaborado por TNS. Este colectivo ha incrementado su gasto en alimentos un 10% entre enero y septiembre, compensando el recorte experimentado por las familias con hijos y los parados de larga duración.
La recesión económica ha propiciado un fuerte retroceso en el consumo de los hogares en alimentación. Entre enero y septiembre, el gasto medio de cada familia en la lista de la compra se ha reducido un 3,3%, según un estudio elaborado por la consultora TNS. Pese a ello, el número total de productos vendidos ha crecido un 2,5% en el mismo período, lo que supone la primera vez que esta tasa aumenta en cuatro años y contrasta con el fuerte estancamiento registrado por la misma en los nueve primeros meses de 2008.
¿Qué factores han propiciado este repunte, pese al aparente bajón del consumo? En primer lugar la fuerte bajada de precios, cercana al 3,5%, que se han visto obligados a realizar los establecimientos para atraer a los clientes que han recortado sus gastos por el repunte del desempleo y el recrudecimiento de la crisis. A ello se ha sumado el empuje de los establecimientos de descuento elevado (como Aldi o Lidl), cuya cuota de mercado se ha disparado hasta el 11% como consecuencia de sus agresivas políticas de ofertas.
Pero, por encima de todo, esa recuperación del consumo se ha producido por la consolidación de un segmento de población, que representa al 30% de los ciudadanos censados y que lejos de reducir el consumo, lo han aumentado un 10%, pese a la recesión económica. "Son personas ajenas completamente a la crisis y que gastan en alimentación muy por encima de la media", aseguró Stephane Roger, director de negocio de TNS. De hecho, el gasto medio anual de una persona perteneciente a este colectivo, que el propio estudio define como "viva la vida" se elevó a 4.400 euros frente a los 3.704 euros de las familias.
El incremento en el consumo de las parejas jóvenes sin hijos ha servido para compensar el brusco descenso en ventas experimentado por los otros dos grandes grupos de consumidores: los "superahorradores" y los parados. Especialmente brusco ha sido el descenso en el primer grupo, cuyo gasto medio ha retrocedido un 10% en nueve meses. Este segmento, que representa a casi el 40% de la población, está compuesto por parejas con hijos cuyos hábitos de compra se centran en las visitas frecuentes a los establecimientos de descuento elevado a la busca de ofertas.
El descenso del consumo no ha sido tan elevado en el caso de los parados, aunque el estudio diferencia el recorte en función del tiempo transcurrido sin encontrar trabajo. De este modo, el gasto de un hogar con algún miembro en paro durante tres meses se ha reducido un 0,9% entre enero y septiembre y se eleva hasta el 5,1% en el caso de las familias con alguna persona en paro entre cuatro y seis meses.
El recorte de precios anima las compras
Ocho de cada diez establecimientos comerciales se han visto obligados a bajar precios para intentar impulsar unas ventas deprimidas por la recesión económica y el repunte del paro, según el panel de TNS. Y parece que esa estrategia ha tenido su efecto, al menos en volumen de ventas y siempre a costa de reducir el margen del establecimiento.Según la encuesta, el volumen de ventas ha crecido en todos los segmentos analizados, con la excepción del textil, que se ha visto perjudicado por el fuerte recorte del gasto en compras relacionadas con ese sector.Los tres factores que pueden haber propiciado el repunte de ventas han sido, según el director de negocio de TNS, el fuerte crecimiento en el número de compradores, el mayor número de visitas a los establecimientos y, sobre todo, el incremento experimentado por el consumo en casa. "El número de comidas en casa se ha elevado a 830 millones, lo que supone un crecimiento del 2,1% respecto al mismo período de 2008", apunta Roger, quién señala que este fenómeno se visualiza de una manera muy gráfica en el fuerte incremento de las ventas de productos como las bases de pizza o salsas, que tradicionalmente se consumían en restaurantes.La recuperación definitiva del consumo pasa, según Roger, porque la distribución enfoque las ventas hacia otros consumidores, como las personas mayores acomodadas económicamente, las parejas sin hijos, los inmigrantes o los solteros."La atención prioritaria del sector a las familias con hijos ha podido ser una de las causas de la caída de la facturación en el último año, puesto que han sido considerados como los más consumidores, cuando en la actual coyuntura visitan tiendas buscando precios un 15% por debajo de la media", señala.