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José Oliu | Presidente de Banco Sabadell

"La principal tarea de un banquero es estar atento a la innovación"

Optimismo y un equipo animoso y con visión de futuro es la receta de este experimentado ejecutivo para afrontar la crisis.

Es banquero por tradición familiar: su padre fue director general del Banco Sabadell, entidad que ahora él preside desde hace una década. José Oliu, nacido en Sabadell (Barcelona) hace 59 años, licenciado en Económicas por la Universidad de Barcelona y doctor por la de Minnesota (Estados Unidos), ha ejercido también como catedrático de teoría económica en la Universidad de Oviedo.

Confía en que la pérdida de confianza que están viviendo las entidades financieras sea pasajera, fruto de los ciclos económicos. "Los bancos hemos vivido siempre etapas cíclicas de pérdida de confianza, periodos de riesgo, pero eso pone en riesgo el conjunto del sistema financiero". También afirma que "la principal tarea de un banquero es estar atento a la innovación, a todos los procesos innovadores de las empresas". Según Oliu, es necesario apoyar los procesos creativos de los empresarios.

Sobre todo esto disertó en la jornada Emprendimiento e innovación como herramientas de recuperación, organizada esta semana por la Fundación Eduardo Barreiros y el IE Business School. Al finalizar su conferencia sobre la innovación como palanca de estabilidad y crecimiento en banda, mantuvo una breve conversación con CincoDías.

¿Qué mensaje lanzaría usted en estos momentos a un joven empresario o ejecutivo que afronta dificultades en su empresa?

A todo aquel que está desarrollando planes para llevar adelante su empresa le diría que no puede desfallecer, que ha de considerar el medio plazo para la toma de decisiones, con el fin de mejorar la posición competitiva a largo plazo. Hay que atender el medio plazo para acometer el largo plazo.

¿Qué ha fallado para haber llegado a esta situación?

Siempre falla algo, no es nada extraordinario. En este caso ha sido el sector inmobiliario, que ha crecido más de lo normal en los últimos años, pero no ha habido excesos que haya que cargar en la cuenta de nadie; también ha habido un exceso de endeudamiento privado. A todo esto se añade, debido fundamentalmente a la crisis del sector de la construcción, el incremento del número de parados, con el consiguiente deterioro de las cuentas públicas por todas las medidas que se están adoptando como consecuencia de esta situación. Lo que hay que hacer ahora es atacar el paro y estabilizar las cuentas públicas. No hay ninguna receta que nos vaya a hacer salir de la situación de inmediato porque es difícil solucionar el agujero del producto interior bruto creado por el sector inmobiliario.

No es la primera crisis que usted vive.

En España hemos tenido varias reconversiones. Y lo que hay que hacer es encontrar fórmulas que la sociedad pueda aplicar; pero debemos confiar en la innovación y, sobre todo, en el conjunto de ideas que provienen ahora de las personas acuciadas por el paro y por la generación de beneficios. El gasto público debe ser de contención y los políticos deben poner las condiciones para que fluya la creación de empleo, la innovación y el apoyo a la iniciativa de las empresas, de los emprendedores. Hay que favorecer la superación del problema del paro y de las cuentas públicas.

Otro banquero, Isidro Fainé, organiza esta semana un congreso para directivos en Pamplona que ha titulado Liderando en positivo. ¿Piensa que es necesario no perder el optimismo?

Si hay algo que no tiene cabida en nuestro banco es la gente que ve el vaso medio vacío, todos tenemos que ver el vaso medio lleno. En el viaje encuentras piedras en el camino, inundaciones, de todo, pero tenemos que ser capaces de vislumbrar la manera de salir adelante, de afrontar todos los contratiempos que surgen. Hay que actuar para ser competitivos, pero el secreto está en liderar en positivo, con una organización que mantenga el ánimo y sea capaz de mirar hacia delante. Cuando un producto no sale bien, no importa, se hace otro. No puede haber lugar para el desánimo. La negatividad sólo es buena para la conversación del café.

Usted mantiene la teoría de la insatisfacción, ¿puede detallarla?

Debemos estar preparados permanentemente para el cambio. Hay que tener siempre un grado de insatisfacción para hacer las cosas de manera diferente, con una constante mejora tanto de los productos como en la atención al cliente, hay que evolucionar de manera natural, porque los grandes cambios no se hacen de hoy para mañana. La continuidad es lo que hace que se solucionen los pequeños problemas.

"Hay que estar siempre insatisfecho"

El máximo directivo del Banco Sabadell asegura que no hay empresarios innovadores que no estén permanentemente insatisfechos, sobre todo con la forma de abordar el sistema de producción dentro de su organización. La insatisfacción, afirma, ha de ser un estado natural para poder avanzar.Para José Oliu, un freno a la capacidad creativa es el exceso de regulación, "es el antídoto a la innovación", argumenta. Defiende un sistema de regulación eficaz, de calidad frente a cantidad, donde también haya cabida para la innovación, de manera que la normativa sea "más rápida, mejor, y no dé al traste con los procesos de innovación, sobre todo en momentos de crisis, que ha de ser más flexible".Y es en los momentos difíciles, asegura Oliu, cuando ha de nacer la inventiva, el descubrimiento y la elaboración de estrategias. "Hablar de la crisis es promoverla, callar en la crisis es exaltar el catastrofismo. En vez de eso, trabajemos duro, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla", concluye.

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