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Secretos de despacho

Bertín Osborne, todo bajo control

Dirige desde un pequeño espacio la empresa de alimentación que lleva su nombre

La imagen que se tiene de él es que es un tipo simpático. Lo es. Y además de cantar, Bertín Osborne, nacido en Jerez de la Frontera hace 54 años, es empresario. Dirige su propia marca de alimentación Bertín Osborne Alimentación, aventura en la que se ha embarcado de la mano de La Masía, que tiene el 50% de la compañía, y por lo tanto, del Grupo Ybarra de Alimentación. El otro 50% de las acciones pertenece a Conde de Donadío, la bodega de la que Osborne es propietario.

Su despacho está ubicado en unas pequeñas oficinas que ha montado en la finca que el artista tiene a las afueras de Sevilla. Debido a la complicada agenda de trabajo que tiene, actuaciones musicales, programas de televisión y demás eventos que le hacen estar constantemente de viaje, ha instalado su cuartel general en casa. "Soy de campo y básico, no soy una persona tecnológica, no tengo ni iPod, así que imagínate, con unos conocimientos básicos de informática me basta para manejarme en la empresa porque para mí lo importante son las ideas". Y tener a la familia cerca. De hecho, su hija mayor, Alejandra, trabaja con él codo con codo desde el Grupo Ybarra. "æpermil;ste es un proyecto muy serio y quiero que los que trabajen conmigo se impliquen", afirma este empresario, que recuerda que sus comienzos profesionales fueron en el mundo de la empresa. "Trabajé durante varios años en Rumasa como ejecutivo de exportación, y sabía que tarde o temprano acabaría siendo empresario". Y en ello está.

Dice que es organizado y en una primera toma de contacto parece que no se toma una decisión en la compañía sin que él la haya autorizado. La razón es muy simple: "es mi imagen la que aparece y los clientes esperan que los productos de alimentación que se comercializan con mi nombre y su rostro porque en la etiqueta aparece un dibujo de él tengan una gran calidad".

"El éxito en esta vida depende de quién te acompañe en el camino, tener buenos socios es fundamental"

Los datos que ofrece no pueden ser más alentadores: la compañía cerrará este año con una facturación de 10 millones de euros y prevé ingresar en 2010 el doble, con el lanzamiento de nuevos vinos y conservas. En menos de un año vendió tres millones de litros de aceite, comercializados con la marca El Molino de Bertín y La Almazara de Bertín, y en mes y medio, 300.000 litros de gazpacho.

"Según los expertos, estas cifras son insólitas, pero tenemos que ir a más, vamos a por todas, sobre todo porque el éxito en esta vida depende de quién te acompañe, tener buenos socios es fundamental y el Grupo Ybarra es un magnífico compañero de viaje. Yo he tenido suerte en la vida porque me he encontrado con muy buena gente en el camino". Insiste en que no es fácil trabajar con él. "Se trata de un negocio muy personalista y cuando voy a hablar con un directivo de una gran superficie quiere verme a mí, y no puedo delegar. Tengo que estar muy pegado al negocio y el problema es que dispongo de poco tiempo. Trabajo ahora mucho más que hace 15 años", señala.

Por tanto, el encaje de citas y de agendas suele ser laborioso. Dice que es exigente en algunas cosas, como en el cuidado de la imagen y la calidad de los productos. "De los productos de los que entiendo, como el vino, y en el caso del gazpacho también, me implico y opino de todo". Bertín Osborne entiende la gestión de una empresa como si fuera un equipo de fútbol, "lo importante es tener un buen equipo y a estas alturas de mi vida quiero estar rodeada de gente buena y honrada". Cree que el éxito de la marca, que se vende en Carrefour, entre otros establecimientos, no es otro que la relación calidad-precio, pero también que conmigo no hay truco, que "soy lo que ve la gente, y no engaño".

Sobre la guerra desatada por la gran distribución contra las marcas, Osborne asegura que el momento es difícil. "Las grandes superficies nos aprietan en cuanto al precio porque el cliente quiere que sea competitivo, pero bajo costes no puedes hacerlo porque no puedes perder. El problema es cuánto tiempo vamos a poder aguantar esta situación porque hay gente que puede esperar y gente que no, pero el mercado está ahí para arriesgar".

Su falso vino se vendía en gasolineras

Procede de una familia vinculada al mundo del vino. De hecho, Bertín Osborne, cursó dos años la carrera de Agronomía, pero a mediados de los ochenta empezó a desarrollar su carrera como cantante, actividad que compaginó con un puesto directivo. En 2002, decidió entrar en el sector de vino y apostó por una bodega en La Rioja. En ello sigue. Sin embargo, la decisión de seguir con la tradición familiar tiene que ver con una botella que encontró un día con su nombre."La historia es buenísima porque se trata de un señor que hacía vino de mesa y le ponía en la etiqueta el nombre de Bertín y lo vendía al día siguiente en que yo aparecía en televisión. Parece ser que iba por los pueblos y por las gasolineras vendiendo el vino y se forraba". Así que decidió lanzar su propio caldo y venderlo, que al fin y al cabo "es lo que yo hacia en Rumasa". Osborne se hizo con una botella de este anónimo bodeguero y la guarda con cariño en su despacho. "Hubiera contratado a este hombre pero no lo encontré, la pena es que tampoco pude comprar más botellas". En la pared tiene una carta que hace años le escribió su hija Claudia, fotos familiares, y con su perro y su caballo. Y muchos discos compactos. Lo que no perdona son sus partidos de polo y de pádel con los amigos. Es cuestión de mantener la forma.

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