Más impuestos
La historia se repite. En la crisis de la década de los noventa, también espoleado por el déficit público generado por el exceso de gasto público, otro Gobierno socialista tomó la decisión de subir los impuestos. El resultado fue lamentable, perjudicó a la actividad económica, como era de esperar, y no sirvió para mejorar la recaudación tributaria.
No hay ningún modo imaginable para conseguir que una subida de impuestos al trabajo, al ahorro y al consumo contribuya a estimular la actividad económica. El error de subir los impuestos es la consecuencia de un largo camino de excesos en el gasto público que se remonta al año 2005, cuando el primer Gobierno del señor Zapatero tomó la costumbre de elevar el gasto del Estado y, sin la menor necesidad, relajó las normas encargadas de salvaguardar la estabilidad presupuestaria. Desde entonces, todos los saldos presupuestarios, positivos antes de la crisis y negativos después, han dependido de la mejor o peor recaudación de ingresos y nunca de la moderación de los gastos.
Ahora que la recaudación tributaria se desploma, la lógica de este Gobierno les sigue obligando a buscar el modo de reforzar los ingresos, aunque se vea claro que no es el momento ni el lugar para subir los impuestos. Siguen en sus trece, incluso cuando la intensidad de la crisis puede neutralizar la subida de los tipos impositivos con una caída mayor de las bases tributarias.
El Gobierno nos ha presentado unos Presupuestos para 2010 que no proponen un objetivo claro de creación de empleo y de lucha contra el paro, que es el problema capital de la economía española. Son unos Presupuestos sin ambición, incapaces de invertir la tendencia de la destrucción de empleo porque son también incapaces de generar expectativas positivas en los agentes económicos.
Unos Presupuestos que marcan para el próximo año un escenario con todos los problemas y desequilibrios que ahora tenemos, a lo que hay que añadir la subida de impuestos.
El Gobierno ha tirado la toalla en la lucha contra el desempleo. Ha presentado unos Presupuestos negativos, que están siendo fuertemente criticados por los agentes sociales y todos los partidos políticos.
El Gobierno socialista se siente incapaz de contener el gasto público y proponer unos Presupuestos rigurosos, basados en la austeridad. La situación de las cuentas públicas es lamentable: el déficit público ya rebasa el 10% del PIB, y la deuda tardará poco en superar el 60% del PIB. Los intereses generados por esta deuda ya están condicionando la capacidad de gasto de estos Presupuestos y, lo que es peor, de los Presupuestos futuros.
El error que está en la base de esta política económica estriba en que el Gobierno reacciona ante la crisis financiera, y a sus efectos en nuestra deuda externa, con un endeudamiento público que acapara el crédito y está expulsando a los emprendedores de la financiación bancaria.
En resumen: el Gobierno socialista tropieza de nuevo con la misma piedra y en una grave situación de depresión, déficit y desempleo, vuelve a subir los impuestos, aun con la experiencia de que esta decisión es justamente la contraria de la que este momento económico requiere.
Cristóbal Montoro. Portavoz de Economía del Partido Popular