Acuerdo entre Renault y la plantilla de Valladolid para despejar el futuro de la planta
Renault España puede respirar. Al menos por ahora. La dirección y los representantes sindicales de la fábrica de Valladolid firmaron el viernes un preacuerdo para su nuevo convenio que deberá permitir a la factoría optar a la fabricación de nuevos modelos. Sin ellos, el futuro es sombrío. Guillermo Sánchez Vega Madrid
La dirección de Renault España arrancó el viernes a la plantilla de la fábrica de Valladolid un preacuerdo para el próximo convenio de la planta. Este texto convierte a la histórica factoría en candidata para fabricar un nuevo modelo eléctrico y otro convencional, además de un motor de bajo consumo. El pacto no es asunto menor. Sin estas adjudicaciones, han advertido no en pocas ocasiones los principales ejecutivos del grupo francés, la planta pucelana tiene escasas posibilidades de supervivencia. De hecho, este convenio está supeditado a que la planta logre estas asignaciones y a la aprobación por parte de la plantilla en las asambleas que se celebrarán el lunes.
El texto fija una congelación salarial para 2010, un incremento sin consolidar de la mitad del IPC en 2011, una subida del 50% de la inflación pero consolidado para 2012, y de medio punto por encima del IPC en el último año del acuerdo. Además, se reduce a la mitad el plus de transporte y se sube hasta los 57 años la edad tope para la movilidad. Otro de los preacuerdos alcanzados en materia de empleo es el paso a contrato indefinido de unos 700 relevistas contratados durante el Plan de Relevo 2007-2009 en el primer semestre del nuevo convenio y unos 350 adicionales antes de la finalización del mismo.
El acuerdo, eso sí, incluye una cláusula que lo deja sin efecto si no se logra aumentar la carga de trabajo con la adjudicación de nuevos vehículos. El objetivo son dos vehículos (la ingeniería y producción de un modelo eléctrico, que se empezaría a fabricar a partir del año 2011, y la producción de un modelo convencional con perspectiva de comenzar a producir en el año 2012), así como la industrialización de un nuevo motor para Valladolid, la producción de cuatro carrocerías para la planta de Palencia y una continuidad más duradera de la fabricación de cajas de cambio de la planta de Sevilla como consecuencia de las necesidades de la fábrica de Renault instalada en Tánger.
Renault tiene previsto tomar una decisión sobre la asignación de estos modelos antes de que finalice el mes. El acuerdo debería haber quedado fijado el pasado día 18 de septiembre. París, sin embargo, decidió otorgar un aplazamiento para que se cerrase un acuerdo. Los rivales de la factoría son las plantas radicadas en Novo Mesto (Eslovenia), Pitesti (Rumanía) y Bursa (Turquía).
Una factoría histórica que ha de adaptarse
La histórica planta de la FASA, empresa creada en 1951 y adquirida definitivamente por Renault en 1976, se ha visto inmersa en la zozobra desde que el monovolumen Modus, cuya fabricación le fue asiganada en 2004, no terminó de calar. Desde entonces, la planta ha tenido que recibir parte de la fabricación del Clio para proporcionarle más carga, si bien ya no fabrica su nueva generación.En febrero, el director general del grupo, Patrick Pelata, reveló que a medio plazo la factoría de Valladolid no tenía más alternativa que un coche eléctrico y que éste dependía de las ayudas gubernamentales (que parecen garantizadas). La producción del Modus-Grand Modus está asegurada por lo menos hasta 2012, aunque podría ampliarse si las ventas ylos mercados lo favorecen.