El cielo y el suelo bajo control
GMV, que ha experimentado un ritmo de expansión y crecimiento constante, lleva décadas demostrando que el modelo productivo basado en la alta tecnología y la innovación funciona.
Día 17 de febrero de 1985. El joven Jesús Serrano acaba de llegar a Alemania para hacer sus prácticas de ingeniería en la Agencia Europea del Espacio (ESA, en sus siglas en inglés) y sus jefes se preguntan qué será capaz de hacer, dada la absoluta falta de referencias sobre las destrezas transpirenaicas en materia aeroespacial. Un recelo que iba a esfumarse en muy poco tiempo.
Unos meses antes, en un sótano de un chalé de Aravaca había empezado a gestarse, a base de papel, lápiz e imaginación, la empresa de la que Serrano llegaría ser director general un par de décadas después. La formaban entonces un grupo de cuatro ingenieros reclutados por Juan José Martínez, catedrático de Mecánica del Vuelo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid. Como ellos, Jesús Serrano había sido alumno suyo. æpermil;l se incorporaría a GMV en 1986. Por cierto, el mismo año que Pedro Duque, que más tarde se convertiría en el primer astronauta español de la historia. En 1988, la ESA premia el buen trabajo de GMV otorgando a la compañía la exclusiva distinción como Centro de Excelencia en Mecánica Orbital, lo que supuso el primer espaldarazo importante y serviría de carta de presentación ante el mercado europeo.
La empresa ha protagonizado desde entonces un crecimiento espectacular. Han cambiado los números, pero también el concepto y el alcance de su actividad. Al principio era una firma dedicada en exclusiva al espacio con una facturación modesta. Ahora el espacio representa sólo el 45% de la actividad, pero la facturación supera los 90 millones de euros.
La evolución de GMV, llamativa en principio, es mucho más natural si se observa de cerca su historia. Juan José Martínez creó el grupo de mecánica del vuelo (del que tomó el nombre la empresa) en un entorno académico. æpermil;l ya había colaborado en varios proyectos de la ESA y quería facilitar a sus estudiantes la posibilidad de entrar en contacto con la realidad profesional. Poco tiempo después el grupo se convirtió en empresa. En parte, porque era un requerimiento de uno de los concursos de la ESA en el que Martínez quería participar con sus alumnos, y, también, por su visión emprendedora, que acumulaba un importante bagaje profesional y supo identificar el potencial del sector espacial, en el que prácticamente no existían compañías españolas.
GMV se constituyó con un crédito a riesgo del Ministerio de Industria por valor de 500.000 de las antiguas pesetas. El objetivo inicial de Juan José Martínez era reunir a unos 100 ingenieros en la empresa, que estaría orientada al sector espacial. Hoy GMV cuenta con 1.030 empleados, que se incorporaron a medida que se aceleraba el proceso de diversificación. Del espacio se pasó a defensa, a telecomunicaciones y hasta al sector sanitario, que ha sido el último en el que GMV se ha introducido, ya bajo la dirección ejecutiva de Jesús Serrano.
Esta diversidad nació de la necesidad de sacar partido a las tecnologías que desde GMV se iban introduciendo en el mercado español. Martínez y sus ingenieros se habían visto obligados, desde sus primeras colaboraciones con la ESA, a familiarizarse con sistemas de los que nadie había oído hablar en España en los ochenta, desde el correo electrónico hasta el GPS. Nunca tuvieron miedo de adentrarse en territorio desconocido. Jesús Serrano explica que el proceso ocurrió con total naturalidad. "La secuencia de GMV es siempre la misma: hay buenas ideas que surgen de ámbitos que conoces. Tenemos un modelo de negocio business to business, con productos y soluciones de fuerte componente tecnológica, de alto coste. Ahí es donde somos competitivos. No es un modelo de gran consumo, con lo cual para rentabilizar las inversiones necesitamos abrir nuestro ámbito de actividad, buscar otros mercados".
Intentando vender la aplicación de la navegación por satélite a la gestión de flotas se inició la línea de actividad en telemática para el transporte, que en 2008 aportó 15,3 millones de euros a la facturación bruta del grupo, lo que supone un 17% de la cifra total. "Al principio nos costó muchísimo. Hubo tres o cuatro años de inversiones fuertes y no vendíamos casi nada. A principios de los noventa la cosa cambió y, actualmente, estamos en una posición de liderazgo en España y estamos exportando", cuenta Serrano.
La diversificación fue en paralelo con el proceso de expansión internacional de GMV. "Nosotros estamos muy acostumbrados a la internacionalización porque empezamos trabajando en el exterior", cuenta Serrano. "En el campo de operadores de satélites comerciales la competencia es a nivel mundial. æscaron;nicamente cuenta si tus productos son buenos o no, si son fiables o no, si estás volando satélites o no estás volando satélites". A finales de 2008, la constelación de satélites operados por sistemas desarrollados y suministrados por GMV llegó a la cifra de 150, con una cartera de clientes repartidos por los cinco continentes.
Hace tres años GMV empezó a desarrollar productos para simulación de cirugía artroscópica. Aunque en la historia de la empresa se ha invertido más en la innovación para el sector espacio, en la actualidad el mayor esfuerzo inversor se centra en los simuladores médicos y en el desarrollo de equipos telemáticos para automoción, campos que tienen un potencial de crecimiento significativo.
Juan José Martínez murió en 2001, pero dejó una gran empresa que no ha parado de crecer. "Es muy importante ver que no estamos solos, que tenemos que jugar con el resto de actores, tanto otras empresas como universidades o Administración pública. Creo que la foto es bastante bonita", cuenta Jesús Serrano. Una foto que constata que GMV está preparada para consolidarse al frente de los sectores líderes del presente y del futuro.
Compromiso con la excelencia
El modelo productivo español está en plena revisión, y en GMV suscriben completamente el discurso del cambio. Para la empresa, que hace de la innovación tecnológica su seña de identidad, el compromiso no se queda sólo en palabras. Jesús Serrano (en la imagen de abajo), su director general, cree firmemente que una apuesta decidida por la formación de calidad en el ámbito tecnológico garantiza un futuro competitivo para las empresas.La firma tecnológica está presente en varios frentes de apoyo y promoción de la excelencia académica, desde los niveles básicos del sistema educativo hasta los departamentos de investigación de las escuelas de ingeniería.A través de la cátedra GMV, iniciativa conjunta de la empresa, la Universidad Politécnica de Madrid y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos, GMV facilita la financiación a la universidad para desarrollar proyectos conjuntos.La línea de acciones formativas guarda coherencia con la política de personal de la empresa, que hace del talento y el capital humano uno de sus mejores activos. Esto se refleja en el alto porcentaje de empleo con modalidad de contrato indefinido, que alcanzó un 92% en 2008. Ese año hubo más de 130 nuevas contrataciones, lo que supone un crecimiento de la plantilla del 13% respecto al anterior.
Datos básicos
CrecimientoDesde aquel primer crédito a riesgo de 500.000 pesetas, GMV se ha apoyado en la eficiencia financiera para crecer. En los últimos cinco años, GMV ha registrado un crecimiento medio del 15%. En 2008, la cifra de negocio alcanzó los 91,5 millones de euros, lo que supuso un incremento del 18,8% respecto al año anterior. El beneficio neto de la compañía fue de 4,2 millones, un 14,3% superior a la cifra obtenida en 2007. Debido a la solidez de su estructura financiera y a la escasa exposición de sus sectores de actividad a la coyuntura económica, GMV ha notado menos los efectos de la crisis. De cara a la recuperación, esperan seguir registrando tasas de crecimiento de dos dígitos.Proyectos I+DEn el año 2008, el volumen de inversión acumulado por GMV en desarrollos propios de I+D superó los 12 millones de euros. Los proyectos estrella son los simuladores quirúrgicos y los equipos telemáticos para automóviles, financiados en parte con fondos públicos. La empresa lleva tres años colaborando con Ficosa, multinacional española de la industria auxiliar de automoción, en el desarrollo de unidades que combinan funcionalidades e-call de comunicación para emergencias y tecnología GPS, que en el futuro podrían incorporarse de serie en los coches por exigencia normativa.Presencia en el exteriorGMV posee una estructura corporativa desarrollada al servicio de la estrategia de expansión en el exterior. La compañía cuenta con dos filiales participadas al 100% en Estados Unidos y Portugal. En el caso de EE UU, GMV Space Systems Inc. fue constituida con la intención de ganar presencia en el mayor mercado espacial del mundo, y hoy el volumen de negocio de la filial ronda los cinco millones de euros. En los próximos meses se abrirá una filial en Alemania, que se unirá a la recién establecida en Polonia y a las dos oficinas comerciales que la firma tecnológica tiene operativas en Malasia y Corea del Sur. En el este de Europa, el sector con más potencial es el de telemática para el transporte, mientras que en Asia se han desarrollado proyectos significativos en navegación marítima.