Muere Ted Kennedy, vehemente defensor de la reforma sanitaria
Desaparece el gran aristócrata de la política americana.
El Senado de EE UU ha perdido a uno de los legisladores que más huella ha dejado en esta cámara en el último medio siglo. Edward Kennedy perdió la batalla contra un cáncer que le obligó a distanciarse de sus tareas en los últimos meses y murió el miércoles a los 77 años.
Su fallecimiento deja al país huérfano del máximo exponente de la aristocracia política y a los demócratas sin uno de los más vehementes defensores de la reforma de la sanidad. Barack Obama dijo tener el "corazón roto" por la muerte de "Teddy" y durante todo el día se recibieron notas de condolencia de todos los rincones del mundo.
Hijo de Joe Kennedy, primer presidente de la SEC, el senador por Massachusetts era el hermano menor del asesinado presidente John F. Kennedy y del también asesinado Bob Kennedy, fiscal general y candidato a la presidencia. Estas violentas muertes y el triste destino de otros familiares amargó la vida de un hombre, marcado por la controversia y el drama; y que fue senador al cumplir los 30.
Los 46 años que ha ocupado el escaño le colocan como uno de los tres senadores más longevos. También fue un incansable promotor de propuestas de contenido social y uno de los pocos que se opuso a la guerra en Irak. En sus últimos meses en el Senado y desde su casa ha trabajado para impulsar la reforma sanitaria que ahora consume el debate político del país.
Su muerte deja a los demócratas a un voto de la mayoría cualificada de 60 miembros en el Senado, algo que puede complicar aún más el proceso de reforma. Otro demócrata, Robert Byrd, está enfermo.
El pasado mes de julio, Kennedy solicitó a los legisladores de Massachusetts que permitieran al gobernador del Estado, el demócrata Patrick Deval, elegir a un sucesor temporal para no tener el escaño vacante durante los cinco meses que tomará organizar una elección especial para reemplazarle. Curiosamente, fueron los demócratas quienes abolieron en 2004 este sistema, pues entonces el gobernador era el republicano Mitt Romney y el escaño a ocupar habría podido ser el del demócrata John Kerry, si éste hubiera ganado las elecciones.