El plan de estímulo saca a Japón de su peor recesión desde la II Guerra Mundial
La economía japonesa logra dar fin a su mayor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno se mostró ayer cauto, pero señaló que las medidas de estímulo de su plan de reactivación económica, valorado en 112.000 millones de euros, está teniendo efectos "evidentes" en el consumo. Japón creció un 0,9% trimestral de abril a junio y abandona así una senda de cuatro trimestres de caídas de actividad.
Este avance del producto interior bruto (PIB) nipón sitúa a la segunda economía del mundo por encima de los avances anunciados por sus socios del G-7, aunque levemente por debajo del promedio que esperaban los analistas, que apostaban por una expansión del 1%. "Las condiciones aún son graves, pero se espera que la economía japonesa retome su ritmo", dijo ayer el ministro de economía japonés, Yoshimasa Hayashi.
Japón se alinea así con Alemania y Francia, países del Grupo de las siete naciones más industrializadas del mundo (G-7) que han salido de la recesión, después de registrar de abril a junio crecimientos en su PIB del 0,3% trimestral. Falta, por tanto, que se confirme la recuperación en EE UU, cuyos últimos datos de actividad continúan marcando tasas negativas, pero donde la Reserva Federal también atisba ya los primeros síntomas claros de que lo peor de la crisis ha concluido.
En cualquier caso, la cifra conocida ayer en Japón tiene especial relevancia porque de mantenerse el mismo ritmo de crecimiento en los próximos trimestres, la potencia asiática culminará el año con un avance del 3,7%. Además, la economía nipona deja tras de si la mayor contracción de su PIB desde 1945, con cuatro trimestres consecutivos de descensos en la actividad y retrocesos que llegaron a alcanzar cifras tan escalofriantes como el 11,7% y el 13,7% en tasa anualizada de los dos trimestres precedentes.
Los analistas aseguran, sin embargo, que la recuperación tiene por delante un largo camino, ya que se basa en medidas de estímulo a corto plazo en todo el mundo. Las autoridades económicas japonesas señalaron que para que se produzca una mejoría de forma sostenible es preciso que la "recuperación mundial se consolide". No obstante, "la economía japonesa seguirá recuperándose en el futuro y quizás supere las previsiones oficiales", sostuvo el ministro de economía. Y es que el Gobierno quiso mostrarse en todo momento más que cauteloso y subrayó que "aún existen factores de riesgo", tales como el desempleo, la deflación y las inversiones inmobiliarias. El Gobierno japonés del primer ministro, Taro Arso, además, no ha dado respuesta aún a una de las principales preocupaciones de los japoneses: el paro. La tasa de desempleo sobre la población activa puede convertirse en la peor desde la postguerra (un 5,4%).
Expertos y autoridades económicas han coincidido en señalar que el fin de la recesión ha tenido mucho que ver con las ayudas que concede el Ejecutivo a la compra de electrodomésticos y automóviles de bajo consumo. Así, todo apunta a que el plan del Gobierno ha logrado reactivar el consumo privado, que creció un 0,8% trimestral, un avance nada desdeñable, teniendo en cuenta que en Japón la demanda interna representa el 55% del PIB.
Otro de los aspectos que explica la crisis por la que atraviesa Japón, lo constituye la fuerte revalorización experimentada por el yen a comienzos de la actual recesión mundial. A consecuencia de ello, las multinacionales japonesas sufrieron una drástica contracción en sus exportaciones, por lo que grandes compañías como Toyota o Sony, se vieron obligadas a recortar sus inversiones y sus plantillas. Una situación que aún se prolongará varios años y que parece podría cambiar la cultura empresarial nipona, según los expertos. Ahora, los planes de estímulo que han puesto en marcha el resto de países han propiciado la recuperación de las exportaciones niponas. Una mejoría que ha comenzado a impulsar a la economía, basada en gran medida en el comportamiento del sector exterior, según recuerdan los analistas.
Crisis financiera
El BCE advierte en su último informe que a pesar de que Alemania muestra síntomas claros de recuperación, es demasiado pronto para dejar de hablar de crisis financiera. Sí destaca los efectos positivos de los planes públicos de rescate.
China lidera la recuperación mundial
La economía exterior que más ha aportado a la recuperación japonesa no ha sido Estados Unidos, ni Europa, sino China. Un país que experimentó de abril a junio de este año un crecimiento anual del 7,9%. Esto supone 1,8 puntos porcentuales más que en el trimestre anterior, marcando así el camino para salir de la crisis mundial. El plan de estímulo del Gobierno de Pekín, presupuestado con la nada despreciable cifra de 410.000 millones de euros, contribuyó a que los chinos mantuvieran sus niveles de consumo. Las compras del gigante asiático y la de otros países de la región donde los indicadores de actividad apuntan a que se ha iniciado la recuperación, consiguieron sostener la demanda de productos japoneses, a pesar de la crisis. En el segundo trimestre, los buenos resultados de la balanza comercial contribuyeron en un 1,6% al PIB nipón.