Más flexibilidad laboral y menos burocracia, reformas más exigidas a España
Los tres principales paneles de expertos internacionales que estudian la facilidad para hacer negocios en todo el mundo (Banco Mundial, Foro Económico Mundial y Fundación Heritage) coinciden en algo: la principal reforma que necesita España para mantenerse entre las principales economías desarrolladas es, sin duda, la del mercado de trabajo. No se olvidan de pedir una justicia más ágil o menos trámites burocráticos.
España no ha llevado a cabo ninguna reforma importante en 2008". Este es el veredicto de los expertos que consulta el Banco Mundial para elaborar su indicador Doing Business (en español, Hacer Negocios), que analiza comparativamente las variables para atraer la inversión en cada país y estudia las reformas que se hacen anualmente para mejorar la actividad económica.
Esta conclusión ha llevado al Banco Mundial a apuntar a España con el dedo y decirle cuáles son sus puntos flacos, si pretende mejorar el clima de negocios. Entre las variables estudiadas por el indicador Doing Business en 181 países del mundo, en el capítulo de España destaca un factor que dificulta, más que ningún otro, la actividad económica. Se trata de las rigideces que caracterizan al mercado laboral.
No es el único grupo de expertos que llama la atención sobre la necesidad de esta reforma. El otro gran indicador de competitividad mundial que elabora el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés) coincide en apuntar la falta de flexibilidad del mercado laboral como el factor que más daña a la economía española. De hecho, de los 134 países analizados por este organismo, España ocupa el puesto 126 en un estudio detallado de su mercado de trabajo. Es más, culpa a esta rigidez del constante aumento del paro en mucha mayor medida que en los países de su entorno.
Demandan contratos más flexibles y facilidad para cambiar horarios y funciones
Un tercer informe sobre libertad económica en el mundo, que elabora la conservadora Fundación Heritage, es el que ve con mejores ojos las condiciones de España para atraer inversiones. Si bien, vuelve a denunciar un "mercado laboral muy restrictivo" como el obstáculo más evidente a la hora de elegir este destino.
Queda claro que una reforma integral del mercado de trabajo es la más urgente, más allá de las nuevas ayudas a parados que pueden solicitarse desde hoy. Pero, ¿qué es lo que debe cambiar?
En contra de lo que pudiera esperarse, los expertos españoles consultados para elaborar el indicador Doing Business ven más dificultades a la hora de contratar a nuevos trabajadores que al hablar de despidos. La segmentación del número de contratos y sus numerosas diferencias de costes dificultan la generación de empleo, según estos analistas. Uno de estos expertos, Vicente Bootello, socio del bufete Garrigues, insiste en pedir "mayor flexibilidad en la contratación, con nuevas modalidades contractuales que se ajusten más a las necesidades actuales". Valentín García, abogado de Cuatrecasas y otro de los analistas que consulta el Banco Mundial para elaborar este indicador, cree que "debe haber más facilidades para que las empresas puedan modificar las condiciones de trabajo". Sobre todo, el horario, salario y funciones del trabajador.
Pero hay otros aspectos del mercado de trabajo español que lo hacen más rígido que los de sus competidores. Según un reciente estudio de la escuela de negocios IESE, sólo el 11% del empleo en España es a tiempo parcial -que es uno de los contratos que imprime más flexibilidad a la empresa-, frente al 20% de la eurozona, el 47% de Holanda o el 25% de Alemania o Dinamarca.
Imprescindible considera también Antonio Fernández, de Garrigues, la mejora del conocimiento desde los niveles educativos más básicos, así como avanzar en el proceso de especialización. En estos exhaustivos análisis de expertos extranjeros se vislumbran otras reformas estructurales necesarias para atraer inversión a España. Una de las que apuntan la mayoría es la de todo lo relacionado con la protección de los inversores, seguridad jurídica y disminución de la burocracia. Cuando se analiza la primera de estas variables, el indicador de Doing Business coloca a España en el puesto 88 de un total de 181 países estudiados.
Por este motivo, Vicente Bootello, de Garrigues, señala que "la justicia es la gran segunda reforma pendiente". En concreto, demanda más presupuesto y, sobre todo, potenciar el recurso a los arbitrajes para descongestionar el número de pleitos pendientes.
El funcionamiento de las instituciones y la burocracia son otros dos inconvenientes que los inversores extranjeros suelen ponerle a la actividad en España. Así, en el ranking de competitividad del WEF, esta problemática aparece como el segundo elemento, tras la rigidez del mercado laboral, que resta más competitividad a la economía española.
En este terreno, el director de Relaciones Internacionales del Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad, Fernando de la Puente de Alfaro, llama la atención sobre la necesidad de que toda reforma que se haga para mejorar las gestiones "debe evitar que en aras de una mayor eficiencia, se debilite la seguridad jurídica de los ciudadanos".
Gran facilidad para cerrar un negocio
Uno de los ejemplos más ilustrativos del grado de facilidad o dificultad para hacer negocios en España es el hecho de que se trata de uno de los países del mundo donde es más complicado poner en marcha una empresa y, sin embargo, más fácil es cerrarla.En concreto, según el Banco Mundial, España ocupa el puesto 140 de entre los 181 países analizados en el grado de dificultad para poner en marcha un proyecto empresarial. Y, por contra, escala al puesto 29 si se trata de los requisitos exigidos para clausurar ese mismo negocio.Así, en España hacen falta una media de 47 días para abrir una empresa, frente a los 13,4 días en los países de la OCDE (que engloban a las 30 economías más desarrolladas del mundo). Y se deben emplear una media de 10 gestiones, en comparación con los 5,8 procedimientos que hacen falta en el resto de países ricos.Pero no todo son críticas. Los analistas internacionales también han encontrado atractivos en el clima para invertir en España.Lo más positivo que encuentra el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial en la economía española es su amplio mercado interno; un cada vez más sofisticado sector de negocios, que está usando las tecnologías de la información y otras innovaciones exógenas; las buenas infraestructuras civiles y un aceptable grado de formación de sus trabajadores. Asimismo, el WEF destaca la fortaleza de las cuentas públicas españolas como factor de competitividad, si bien el ranking de 2009 probablemente no recoge el rápido y fulminante deterioro del balance fiscal español, que prevé un déficit del 9% del PIB para este año.También, destacan las mejoras de la política tributaria, ya que las últimas rebajas impositivas están muy bien valoradas en los ranking de competitividad mundial.