El Banco de Inglaterra prevé una contracción del PIB del 5,5% este año
La economía británica llegará a contraerse este año a una tasa interanual del 5,5% antes de repuntar, y tendrá una recuperación "lenta y prolongada", afirmó hoy el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King.
King presentó públicamente las predicciones de la entidad emisora y manifestó que la recesión "parece ser más profunda de lo que se había estimado previamente", aunque consideró que existen "indicios alentadores" de que los planes de estímulo están surtiendo efecto.
"Es probable que la producción se haya estabilizado en la mitad de este año", dijo el gobernador, que consideró que lo más probable es que el crecimiento no se recupere en los próximos trimestres y que las eventuales tasas de crecimiento en 2010 sean "frágiles".
Los datos que incluye el informe dado a conocer por el Banco de Inglaterra contradicen las predicciones del ministro de Economía, Alistair Darling, que aseguró que la economía del Reino Unido experimentará un fuerte rebote alcista en 2010.
Frente a este optimismo, King subrayó que "el ritmo de la recuperación en los próximos cinco años es altamente incierto" y sugirió la posibilidad de que el Banco de Inglaterra tenga que volver a tomar medidas para reanimar la economía
La entidad emisora británica inyectó recientemente otros 50.000 millones de libras (58.000 millones de euros o 82.000 millones de dólares) a la economía para impulsar el crecimiento, pero King dijo hoy que hay poco margen para hacer nuevos esfuerzos.
El déficit presupuestario del Reino Unido ha alcanzado los 175.000 millones de libras (203.000 millones de euros o 287.000 millones de dólares) y si la recuperación no llega pronto el Gobierno se verá abocado a realizar fuertes recortes en el gasto.
En cuanto a la inflación, el pronóstico del Banco es que permanezca bastante por debajo de la tasa recomendada del 2% durante buena parte de los próximos dos años.
King explicó que la ayuda adicional de 50.000 millones de libras a través del programa denominado "quantitative easing", un término anglosajón que nació en Japón como eufemismo para definir la impresión de dinero, se hizo necesario tras conocerse que la economía se contrajo un 0,8% entre abril y junio.
La tasa fue mucho más alta de lo que esperaban el Gobierno, el Banco de Inglaterra y los expertos, y llevó al banco de emisor a aprobar la partida para evitar que se llegue a una situación de deflación similar a la que hundió la economía japonesa en los 90.
El informe conocido hoy considera que este nuevo estímulo, junto a la reciente caída de la libra esterlina en los mercados de divisas, derivará en "una lenta recuperación de la actividad económica" en medio de un clima "de alta incertidumbre".