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Columna
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HSBC, a paso lento pero seguro

HSBC está demostrando que una actuación pedestre no tiene por qué ser algo malo. El retorno del 6% por acción de la prestamista global en el primer semestre de 2009 parece una miseria comparado con lo cosechado por algunos rivales, que se anotaron cuatro veces esa cifra. Pero eso es un síntoma del conservadurismo del balance de HSBC. Y oculta los signos esperanzadores que han aparecido en otros mercados más problemáticos en los que opera.

Los 5.000 millones de dólares de beneficios antes de impuestos suponen la mitad de lo que se registró en el primer semestre de 2009. Y los resultados podrían haber sido peores de no ser por el boom de los ingresos comerciales. Los 4.500 millones de ingresos en las divisiones bancaria y de mercado fueron siete veces mayores que el año pasado. Y eso que este tipo de ingresos no son comúnmente asociados a entidades como HSBC.

Con el aumento de las deudas irrecuperables subiendo hasta el 5,4% sobre los 400 millones de créditos al consumo -el año pasado fue de un 4,1%-, está claro por qué los inversores bancarios están trasladando su atención de los créditos estructurados a los préstamos ordinarios. Con todo, la cartera de préstamos de HSBC no está tan mal como se temía. Mientras, la situación financiera de la compañía ha mejorado. Su ratio de créditos sobre depósitos cayó por debajo del 80%. No está mal, considerando que el de Barclays es del 129%. El desafío será encontrar activos que aporten retornos decentes sin comportar demasiados riesgos.

La cautelosa estrategia de HSBC puede no ser ideal desde el punto de vista de los accionistas, pero su actuación al menos parece más sostenible que la efímera bonanza experimentada por sus competidores.

Por John Foley.

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