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Columna
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GM busca un mejor acuerdo

Un día es RHJ Internacional. El siguiente es Beijing Automotive. Pero luego no hay que olvidar que Fiat está todavía interesada. Las filtraciones continúan saliendo en tropel acerca de los posibles contendientes para comprar Opel, la división europea de General Motors. ¿Irá a parar el fabricante de automóviles a un grupo de capital riesgo belga? ¿O a un rival chino o italiano?

Usted puede olvidar que hace sólo un mes GM acordó vender a Magna una participación mayoritaria en Opel, el fabricante canadiense de componentes de automóviles. Pero el acuerdo no ha sido completado, y el grupo de EE UU quiere ahora arrancar más concesiones del ofertante.

Un pequeño empujón táctico es juego limpio, pero el Gobierno alemán es quien verdaderamente decide en este drama. Berlín garantiza más de 3.000 millones de euros en préstamos para Opel, y acordó prorrogar un préstamo puente de 1.500 millones de euros para la compañía cuando se alcanzara el acuerdo entre GM y Magna. Incluso con estos compromisos, GM no puede hacer sencillamente lo que le plazca. Lo que el Gobierno alemán dé, puede también llevárselo.

En Berlín, Magna pareció un mejor comprador que Fiat. No propuso recortar tantos trabajos en las operaciones alemanas de Opel, que suma la mitad de su plantilla. GM también prefirió la propuesta de Magna porque, al contrario que Fiat, la compañía canadiense ofreció una parte en dinero por la participación.

Pero el Gobierno alemán no está centrado sólo en el empleo, y está también interesado en el futuro de Opel a largo plazo. Falta por ver si los políticos alemanes consideren a RHJ, que fue un duro contendiente desde el principio, o Beijing Automotive como serios guardianes a largo plazo.

También, los intentos de GM de poner restricciones en Opel ciertamente no caen bien en Berlín. GM, según se informa, quiere mantener a Opel fuera del mercado de EE UU, aunque le costará mantenerlo fuera de Canadá, donde está radicado Magna. Se rumoreó también que GM no se fía de las conexiones rusas de Magna -Sberbank, el mayor banco del país, estaría suscribiendo la adquisición- que podría dificultar sus propias perspectivas de crecimiento en Rusia.

El Gobierno alemán no es probable que financie una compra de Opel que podría dejar la compañía severamente limitado en el mayor mercado del mundo y en uno de los de más rápido crecimiento. GM tiene razón en defender sus intereses. Berlín podría estar equivocado si olvida los de Opel.

Por Pierre Briançon

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