Castigo ejemplar al símbolo de la crisis
El juez federal de EE UU Denny Chin sentenció ayer al financiero Bernard Madoff a cumplir 150 años de prisión, tras hallarle responsable de una docena de delitos, que se sustancian en la mayor estafa financiera conocida. Un castigo ejemplar para quien puede pasar a la historia como el símbolo perverso de esta descomunal crisis financiera y económica. "Tenemos que mandar un mensaje lo más duro posible; los símbolos son importantes en las sentencias", resumió el juez tras leer su fallo.
Con la sentencia que condena de por vida a Madoff a una prisión federal, que había estafado unos 50.000 millones de dólares con el más antiguo y simple mecanismo piramidal, pero encubierto en una aureola de prestigio y honorabilidad, se inicia la depuración de responsabilidades penales para restituir el buen nombre del sistema financiero norteamericano. La ciudadanía, como las autoridades políticas en todo el mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, han imputado la mayor crisis de la historia a quienes movían los hilos del sistema financiero, en una búsqueda desmedida del lucro personal y corporativo, y están resueltos a que cada cual cargue con su responsabilidad. Sentencias ejemplares como la de ayer son de las que hacen suponer que desviaciones similares a las del condenado tardarán en repetirse. Pero todas las alertas son pocas.