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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una UE fuerte para afrontar el futuro

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, fue tajante ayer en el diagnóstico sobre el futuro europeo que desgranó en el Foro CincoDías: "O se toma el acuerdo político de avanzar juntos, o la UE irá hacia atrás". Puede parecer una conclusión de tintes dramáticos, pero no está carente de realismo. La integración europea es un largo proceso, lleno de altibajos, que implica que los Estados deleguen parte de sus políticas en favor de la Unión Europea (UE). La política monetaria ha sido una importante cesión de soberanía. Sin embargo, en otros campos no se han encontrado sistemas de toma de decisiones ágiles y eficaces que comprometan a los Estados por igual. Almunia habla con conocimiento de causa cuando alerta de que la Unión Europea no se puede quedar a mitad del camino. Y puesto que no hay marcha atrás -aunque algunos socios comunitarios parecen olvidarlo- sólo se puede seguir avanzando hacia la integración, lo que se traduce en una Europa más fuerte.

El derrumbe económico ha mostrado crudamente ciertas deficiencias del actual modelo comunitario. Pero también ha dejado claro el camino a seguir para no sucumbir ante la competencia de economías más integradas, como la de Estados Unidos o algunas emergentes. La certeza de que el potencial de crecimiento europeo es corto frente a estos países debe ser un acicate para dotar a las instituciones comunitarias de mayores y mejores herramientas de decisión. Mas Europa es el camino más sensato para generar una economía común más competitiva y poderosa.

El muestrario de retos que debe afrontar y resolver con éxito Europa no es una opción, sino una obligación. Certeramente, el comisario de Asuntos Económicos apuntó dos urgentes: la reforma del mercado laboral y la recomposición del crédito. Ante el primero, que tanto preocupa actualmente en España, pide con toda razón que el debate no se limite al recorte o no de los costes del despido. La verdadera reforma pendiente es la de la negociación colectiva, para generar una hoy inexistente flexibilidad que permita a las empresas adaptarse con garantías a la realidad.

Pero no son las únicas reformas urgentes. El comisario citó ayer otras, como la educación; el fomento de la I+D, los cambios en el sector servicios, y en algunos mercados, especialmente el financiero. Son tareas difíciles de abordar con la actual estructura institucional en Europa. Y es que, en definitiva, la primera de las reformas pendientes es el propio funcionamiento de la UE. Joaquín Almunia reconoció que la UE está falta de liderazgo, y la próxima década se avecina lo suficientemente compleja como para requerir líderes que marquen el camino. Un rumbo que debe evitar las tentaciones proteccionistas y las políticas del sálvese quien pueda desencadenadas en algunos socios comunitarios por la crisis.

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