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Viajes

Valparaíso, un laberinto bañado por el Pacífico

La ciudad chilena destaca por su intrincado urbanismo y su bahía.

Se la conoce como la Joya del Pacífico y tiene un aire que irremediablemente recuerda a Lisboa. La chilena Valparaíso, a 120 kilómetros al noroeste de la capital -Santiago de Chile-, ofrece al visitante una ciudad de vivos colores que alberga a 275.000 habitantes en 45 cerros poblados de casas bajas que miran al océano. Con su contigua Viña del Mar forma uno de los principales atractivos turísticos del país andino.

Chile es un país de grandes distancias, que necesita al menos ocho o diez días para mostrar sus principales rincones. Si el tiempo de que se dipone es menor y se viaja a la capital, Valparaíso puede ser una escapada interesante de un día y una noche. La combinación entre el azul del océano Pacífico y los vivos colores de sus casas constituye sin duda el principal atractivo.

La ciudad que alberga el Parlamento chileno y que fue residencia de Pablo Neruda es un intrincado laberinto de calles en pendiente, pues sólo el 6% de la superficie de la población es plana. En los últimos años ha emergido una nueva generación de hoteles boutique, en su mayoría casas y palacetes rehabilitados con vistas al océano, que pretenden constituirse en alternativa a los hostales tradicionales y los bed&breakfast que han predominado en la ciudad. Los hoteles combinan tanto turistas, es una ciudad de cruceros, como viajeros de negocio, ya que Valparaíso es uno de los principales puertos de mercancías de Chile.

Una de las peculiaridades de Valparaíso son sus ascensores, que con su aspecto decadente y apariencia de poca fiabilidad cubren recorridos entre los cerros de la ciudad. Son una quincena de funiculares que a medida que se elevan por entre las casas ofrecen al visitante una vista interesante de la ciudad.

Gastronomía

La gastronomía chilena puede ser apreciada ampliamente en esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Chile está a la par con Noruega en producción de salmón. De hecho, hay muchas empresas del país nórdico instaladas en el país andino.

La historia de la ciudad remite irremediablemente a su origen español, pues Valparaíso fue descubierta en 1536 por el capitán Juan de Saavedra, quien arribó al lugar a bordo de la carabela Santiaguillo. Pequeña aldea durante siglos, es en el XIX cuando la ciudad toma cuerpo como centro de actividad económica y uno de los principales puertos del Pacífico.

A su conocimiento ha contribuido sin duda que Pablo Neruda, Nobel de Literatura en 1971, edificara allí una de sus residencias.

Se trata de una construcción en varias alturas, de pasillos estrechos y amplios ventanales que miran a la bahía. No es de extrañar que el lugar, conocido como La Sebastiana, diera rienda suelta a los mejores versos del poeta. La casa es hoy un museo que exhibe pertenencias y objetos personales del escritor.

Hay una fecha en el calendario que concita un gran interés sobre Valparaíso. En pleno verano austral, la noche de fin de año la bahía de la ciudad chilena se ilumina para todos los visitantes con un espectáculo pirotécnico que organiza la Municipalidad. Así que la ciudad ofrece la posibilidad de recibir el nuevo año con fuegos artificiales y comiendo lentejas, pues las uvas no se estilan por estos lares.

Palacetes restaurados con vistas a la bahía

Cómo irValparaíso no tiene aeropuerto comercial. La aerolínea chilena LAN vuela diariamente de Madrid a Santiago de Chile a las 23.55 horas (www.lan.com). La duración es de trece horas y media y está operado por aviones Airbus A-340. De Santiago a Valparaíso hay aproximadamente una hora de coche, todo autovía.Dormir y comerLa apuesta de Valparaíso en materia de alojamientos son los hoteles boutique, pequeños establecimientos de pocas habitaciones que, por la configuración de la ciudad, gozan de magníficas vistas a la bahía. Destacan Casa Higueras, cuyas habitaciones oscilan entre 145 y los 273 euros por noche. Otra opción interesante es Zero Hotel, con nueve habitaciones que oscilan entre 171 y 228 euros por noche. Para comer, el restaurante El Bote Salvavidas es una buena opción para disfrutar de gastronomía típica chilena a apenas cinco metros del agua. Destacan el ceviche y los pescados tradicionales, como el congrio o el salmón, del que Chile es gran productor mundial.

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