La inversión libre que nació a destiempo
Entre los 'hedge funds' españoles hay talento, pero hay que redefinir el modelo.
Lo peor no es llegar tarde, es llegar a destiempo, que es lo que le ha pasado a la industria de hedge funds española. Los fondos de inversión libre, como los denomina la legislación española, viven horas bajas. Cerca de 15 productos han desaparecido del mapa, bien por que han echado el cierre, bien porque se han fusionado con otros productos.
La inversión libre española ha sido víctima de la crisis financiera nada más nacer. Y eso que el parto fue duro. El primer fondo de inversión libre, BBVA Codespa Microfinanzas, se registró en noviembre de 2006, pero para que ello fuera posible el sector hubo de esperar el desarrollo reglamentario de la Ley de Instituciones de Inversión Colectiva de 2003, que llegó dos años después, y la circular de la Comisión Nacional del Mercado de Valores poniendo las reglas del juego, que se aprobó en mayo de 2006.
Lamentablemente, el gran boom de los hedge funds se produjo durante esos tres años de debate y desarrollo normativo. Entre el año 2002 y el ejercicio 2006 la industria mundial de los fondos de cobertura duplicó su volumen bajo gestión, pasando de 626.000 millones de dólares a 1,4 billones.
Para cuando BBVA registró el primer hedge fund con denominación de origen española ya se había producido la quiebra de Amaranth, el fondo que erró en sus apuestas con el precio del Gas Natural y faltaban apenas siete meses para el colapso de los dos fondos de Bear Stearns que invertían en hipotecas subprime.
Esos dos episodios marcan el comienzo de un ciclo bajista para la industria de gestión alternativa, que coincide con la crisis financiera más grave desde los años 30 del siglo XX. Y con el nacimiento de los primeros hedge funds en España. Lo que vino después tampoco ha ayudado al desarrollo del sector, sino todo lo contrario. El pánico inversor tras la crisis de Lehman Brothers y el escándalo de Bernard Madoff -que afectó directamente a Optimal, la división de gestión alternativa del Santander- han provocado una avalancha de peticiones de reembolso de los fondos de inversión libre, en un contexto de mercado de auténtica iliquidez.
Entidades como BBVA, Barclays o UBS han decidido directamente dejar el negocio en España, mientras que otras entidades se han visto obligadas a liquidar sus fondos, bien porque no han podido hacer frente a los reembolsos debido a la iliquidez de los activos en cartera, bien porque los reembolsos han sido tan fuertes que han dejado el patrimonio en mínimos.
Según los últimos datos de Inverco, la asociación del sector, el patrimonio gestionado en España entre fondos de fondos y fondos libres puros apenas supera los 900 millones de euros, con poco más de 4.000 partícipes, la mayoría de fondos de fondos.
¿Ha muerto la gestión alternativa española antes de nacer? Los gestores y los analistas de fondos opinan que no. Que en España hay talento en la gestión, pero reconocen que igual es necesario redefinir el modelo comercial. "Muchos fondos de fondos se han vendido en red como si fueran garantizados y eso no puede ser", comenta un analista.
El futuro, afirman, pasa por un modelo de negocio basado en la gestión pura y dura y en la arquitectura abierta; es decir, un modelo de boutiques que gestionan y nutren a las entidades bancarias, bien a sus instituciones, bien a sus redes de banca privada. Pero el producto que ofrecen los grandes grupos será mayoritariamente de terceros
Por lo pronto, los inversores institucionales están volviendo a invertir en hedge funds. Y también han recobrado el interés los family offices, la banca privada más exclusiva. "Las redes de banca privada tardarán más en demandar producto, porque aún no han logrado obtener todos los reembolsos que han solicitado sus clientes", asegura un gestor.