Cuando la nómina adelgaza los conductores lo hacen peor
Un 30% de los españoles ha transformado sus hábitos al volante con la crisis, y dos de cada diez reduce el gasto en mantenimiento de los coches y cambia de seguro.
Conducimos como vivimos, somos y estamos. Con estas palabras Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y presidente de Fesvial (Fundación Española para la Seguridad Vial) resume una realidad probada: las circunstancias (buenas o malas) nos acompañan siempre, también en el coche. Y la crisis, desgraciadamente, es una de ellas, que está afectando a los hábitos de los conductores españoles.
Según se desprende de un estudio desarrollado por Fesvial, GFK Emer Research, y patrocinado por la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), más de un tercio de los conductores españoles reconoce que no sólo ha cambiado su forma de conducir sino que también ha reducido los gastos en el uso de sus vehículos.
Los nervios, la agresividad y la distracción derivada de la crisis está disminuyendo la tolerancia, la empatía y la colaboración de los conductores, claves en seguridad vial, a juicio de Montoro. Y es que los acontecimientos vitales estresantes, como puede ser el paro y los problemas económicos derivados de esta situación, además de otros preocupaciones personales, duplican el riesgo de accidentes de tráfico, ya que implica la adopción de conductas más arriesgadas al volante.
Tanto es así que según han estimado en Fesvial, entre el 15% y el 20% de los siniestros que se producen en España están relacionados con circunstancias estresantes debido a la disminución de la percepción del peligro, a desajustes en la atención, al aumento de la velocidad así como a una mayor transgresión de las normas y consumo de alcohol.
Pero estas conductas no son sólo las únicas consecuencias, que pueden alterar la tendencia a la baja de los siniestros. Un menor gasto en el mantenimiento del coche puede ser también muy negativo. El hecho de que un 21% de los conductores españoles haya reducido el gasto en este concepto puede tener un impacto sobre los accidentes por fallo mecánico, según se desprende del estudio. A este respecto, Montoro ha señalado que se están retrasando las revisiones de los vehículos, ya de por sí bastante escasas en España (cada seis meses y medio frente a los tres en Europa), tanto en talleres como en concesionarios.
Neumáticos, amortiguadores y pastillas de frenos son los primeros relegados, constataMontoro. El aplazamiento en la compra de coches también es un paso atrás, teniendo en cuenta que la vejez de los vehículos incrementa el número de víctimas mortales en los accidentes. Además, esta tendencia dejará bastante maltrecho el parque móvil español, donde el 35% de los vehículos tienen más de diez años.
El seguro también es un capítulo que se está viendo afectado por esta situación. Frente a las estimaciones deMontoro, que apuntan a un aumento de la circulación de coches sin pólizas -entre 400.000 y 600.000, según el Consorcio de Compensación de Seguros-, están los hechos. Para empezar, el 20% de los conductores ha cambiado a un seguromás barato, según el estudio. Paralelamente existen otros efectos colaterales que hacen temer a los especialistas en seguridad vial. Entre ellos está el descenso del uso de las carreteras de peaje, un 25% según el estudio. Una circunstancia que puede incrementar los accidentes teniendo en cuenta que estos tramos suelen situarse donde las carreteras nacionales son más conflictivas.
Pero todo no iba a ser malo. La crisis ha aumentado el miedo a las multas de tráfico. "Esto permitirá que millones de infracciones no se cometan", explica Montoro.
Pistas para poder ahorrar carburante
La mayoría de los conductores españoles tienen una idea muy vaga sobre lo que es una conducción económica. Reducir la velocidad, poner menos o no poner el aire acondicionado, así como quitar la baca, son, en resumidas cuentas, las únicas medidas adoptadas por los conductores que quieren ahorrar. Pero éstas no son las únicas. Según señala Luis Montoro, existen otras desconocidas, tan eficaces o más que las anteriores, que también pueden ayudar a reducir el consumo de carburante hasta un 30%. La presión de los neumáticos es clave para ahorrar y muy poco tenida en cuenta por los conductores. Según indica Montoro, el gasto que se produce en la UE por no llevar la presión adecuada es de 8.000 millones de euros.Igualmente, no cambiar el filtro del aire, las bujías o el aceite cuando corresponde aumenta el consumo de combustible en un 10%, 3% y 4%, respectivamente. En la ciudad, también es efectivo utilizar marchas más cortas (cuarta y quinta), incluso a velocidades bajas, y evitar el uso de la luneta térmica trasera. Calentar sus filamentos eleva el consumo en un 15%.Tampoco hay que olvidar que el sobrepeso no es recomendable. Según estima Montoro, por cada 30 kg de exceso de peso se incrementa el consumo más del 10%. Asimismo, conviene evitar la baca y portaesquíes, ya que incrementan en un 30% y un 5% respectivamente el consumo de combustible.