Los inversores vuelven a creer en los mercados emergentes
Ganan en las preferencias regionales ante la expectativa de que estas economías salgan de la crisis mejor posicionadas que los países desarrollados.
A medida que la tormenta amaina, el paisaje económico que comienza a emerger hace presagiar un reequilibrio de poderes en el mundo. El elevado endeudamiento que han tenido que acometer las economías desarrolladas para evitar la catástrofe y superar una crisis financiera devastadora, contrasta con unas economías emergentes apenas endeudas en términos relativos y con unos déficits fiscales significativamente inferiores. No sorprende, por tanto, que cuando los expertos hablan de preferencias regionales a la hora de invertir se repita una y otra vez la palabra emergentes con China, India y Brasil como los favoritos.
"Pensamos que es un buen momento para entrar en estos mercados a pesar de las subidas. Nos gustan Brasil, India y China. Vemos crecimiento en estos países y no vemos problemas de financiación", explica Rubén García, director general de Threadneedle en España.
El problema es que los emergentes necesitan un entorno estable para poder seguir destacando. El estallido de la crisis financiera puso de relieve lo mucho que se ven afectados estos mercados cuando aumenta la aversión al riesgo. Con todo, cuando ha llegado la recuperación han rebotado con fuerza al entender el mercado que saldrán reforzados de la crisis.
El índice MSCI Emergentes marcó mínimo el pasado octubre y desde entonces repunta el 66% frente al 23% del MSCI World. Eso sí, los mercados desarrollados, siempre menos volátiles, han visto la verdadera explosión desde los mínimos de marzo. Y desde entonces el MSCI World gana el 40%.
La caída de la volatilidad y la eliminación de riesgos sistémicos han provocado que las firmas de inversión comiencen a relajar sus posiciones defensivas en renta variable. Y si bien las preferencias regionales varían de casa a casa a la hora de hablar de mercados desarrollados, los emergentes encuentran un hueco importante en todas las carteras. No en vano estas economías cuentan con una estructura macroeconómica más sólida, sistemas bancarios saneados, un consumidor poco endeudado, poblaciones jóvenes y mayores tasas de crecimiento esperadas.
Con todo, la espectacular revalorización de los mercados desde los mínimos ha llevado a muchos inversores a extremar la cautela respecto a la renta variable, especialmente en los mercados más desarrollados donde el ritmo de deterioro económico se ha mitigado pero sigue siendo negativo.
"Hasta hace poco habíamos estado largos en los países donde se habían adoptado medidas agresivas para salir de la crisis como Estados Unidos y Reino Unido. Hemos pasado de apostar por grandes empresas de EE UU con ingresos estables y rentabilidad por dividendo a buscar exposición en economías más cíclicas en Asia y emergentes en general. Serán los más beneficiados cuando se confirme la recuperación", explica Manuel Arroyo, director de inversiones de JPMorgan AM para España.
La velocidad de las subidas recientes de las Bolsas resulta insostenible en ojos de la mayoría de los expertos por lo que no descartan recortes de calado en el medio plazo. Por ello, muchos comentan que para que el rally retome consistencia debe venir acompañado de datos económicos más sólidos que confirmen esos primeros brotes verdes. Y se espera que ese camino sea menos doloroso en las economías emergentes.
"La recuperación se va a alargar más en los países desarrollados. En los mercados emergentes es más factible ver una recuperación en V", explica Sasha Evers, director general de BNY Mellon. Precisamente, muchos expertos comentan que la velocidad del rebote de las Bolsas de EE UU y Europa descuenta una salida de la crisis rápida para estas regiones a la que muy pocos otorgan credibilidad.
"En un plazo entre 3 y 5 años vamos a ver un reequilibrio mundial donde los emergentes salgan beneficiados pero necesitan estabilidad porque si sigue deteriorándose la aversión al riesgo sufren más. En un entorno más estable el diferencial relativo que pueden ofrecer los emergentes, exceptuando Europa del Este por sus problemas financieros, es muy interesante. Vemos oportunidades en países con fundamentales económicos fuertes como China, India y Brasil", añade Evers.
Está por ver, por tanto, qué ocurre si se da un nuevo episodio de fuertes pérdidas y los inversores vuelven a decantarse por los activos refugio. Las perspectivas para el medio plazo, no obstante, parecen halagüeñas. El último informe de estabilidad financiera del FMI anticipa que la deuda como porcentaje del PIB alcanzará el 98% en EE UU en 2010 frente al 71% de 2008. El organismo cifra la estimación para el Reino Unido en el 73% frente al 52%, mientras que para Brasil, por ejemplo, se espera que caiga del 36% al 33%.
"La principal diferencia entre los ratios de endeudamiento de los países emergentes y los desarrollados es que la crisis financiera ha supuesto un coste pequeño a las economías emergentes. Exceptuando las economía periféricas de Europa del Este, apenas se ha necesitado inyectar dinero del contribuyente en el sistema financiero. Por tanto el coste de rescatar a la banca en mercados emergentes se espera que se sitúe en el entorno del 2,3% del PIB en términos agregados mientras que para las economías desarrolladas rondará el 43%, según estimaciones del FMI", explican desde Threadneedle.
Todo apunta, por tanto, a que los emergentes saldrán de la crisis en una situación fiscal y financiera mucho más fuerte que los desarrollados. Por lo que su potencial de crecimiento económico también será superior. De hecho, el FMI prevé que China crezca el 6,5% este año y el 7,5% el próximo. Para India se estima un tasa del 4,5% este ejercicio y del 5,6% en 2010, mientras que para Brasil se prevé una caída del 1,3% este año pero un crecimiento del 2,2% el próximo. Cifras infinitamente mejores a las caídas previstas para este año en Europa (-4,8%) y EE UU (-2,8%), seguidas de crecimientos nulos o negativos el próximo ejercicio (ver mapa).
"Claramente una economía global débil no es bueno para los mercados emergentes, muchos de ellos dependientes de la demanda externa como destino de sus exportaciones. Sin embargo, las divisas emergentes ya se han ajustado a esta realidad y pocas economías emergentes, exceptuado Europa del Este, poseen déficits comerciales significativos", añaden desde Threadneedle.
Al mismo tiempo, la floreciente clase media de los emergentes es otro punto a su favor. "El crecimiento de la demanda interna en países como China, India y Brasil va a ser importante. Son países en los que el consumidor acaba de salir del cascarón", comenta José Manuel Figueroa Mato, gestor de inversiones de BNP Paribas AM.
Una vez constatado que los emergentes son una apuesta clara de los expertos, muchos también se preguntan qué estrategia adoptar respecto a los mercados desarrollados. El consenso prevé que Estados Unidos saldrá antes de la crisis que Europa, por lo que una mayor exposición a las Bolsas del otro lado del Atlántico prima, aunque con excepciones. Eso sí, siempre con posiciones aún bastante cautelosas. Japón, por otra parte, sigue sin gustar.
"La recuperación puede venir antes de Estados Unidos porque entraron primero en recesión y han actuado con mayor agresividad para salir de la crisis", explica Ignacio Rodríguez, responsable de M&G Investment en España. Una opinión con la que también coincide Bettina Gallego, de Inversis Banco. Los esfuerzos en política monetaria en EE UU, la mejora de los mercados de crédito, la recuperación de los índices de confianza, los indicios que apuntan a que el fondo del mercado inmobiliario está cerca, la recuperación de los pedidos, la mejora de los índices de actividad o el ligero repunte de precios son numerosas variables que han sustentado el rebote de los mercados al apuntar a la posibilidad de que lo peor ha quedado atrás, más aún ahora que el riesgo de un colapso del sistema financiero parece algo del pasado. "Algunos indicadores sugieren que el consumo puede comenzar a dar soporte al sector corporativo en EE UU. Eso no lo vemos tan claro en Europa donde, además, las revisiones a la baja de los beneficios no han llegado a su fin, el euro puede suponer una presión adicional a los resultados y quizá aún vengan problemas del sector financiero", dice Alberto Spagnolo, director de inversiones de Merrill Lynch gestión global de patrimonios.
La recuperación de la demanda interna se presenta como una variable determinante en Europa y hay quienes consideran que sí podrá remontar antes que en EE UU. "No tenemos tan claro que Europa seguirá la estela de EE UU. El endeudamiento de las familias en EE UU alcanza el 100% del PIB y en Europa ronda el 60%", añade Sasha Evers.
En el viejo continente las encuestas de confianza mejoran pero la producción industrial sigue cayendo en picado y aún no hay indicios de mejora de la demanda. La enorme diversificación de las empresas, no obstante, puede ser un factor decisivo. "Europa como continente netamente exportador sería una de las regiones que antes podría beneficiarse de la mejora económica una vez se confirme que EE UU da muestras sólidas de crecimiento", explica Jaime Hoyos, director de Urquijo Gestión.
En cualquier caso, la cautela es el consejo más repetido. Los emergentes son la apuesta estrella pero para que el rebote tenga consistencia se tiene que confirmar la recuperación económica y los nubarrones aún persisten.
Otras ideas de inversión
España
El Ibex es una de las Bolsas que más escepticismo suscita ante el creciente desempleo. Para muchos, no obstante, es una excelente forma de ganar exposición a Latinoamérica. Henderson incluso opina que Irlanda y España serán los primeros países de la región en salir de la crisis.
Reino Unido
El mercado británico también gusta. Merrill Lynch considera que ofrece atractivo por la posible recuperación de la libra y el beneficio que puede suponer para las grandes empresas internacionales la debilidad de la moneda a día de hoy.
Mercados preferidos
Brasil espera un recorte de los tipos de interés
Brasil es uno de los mercados de moda. El Bovespa ha repuntado el 78% desde los mínimos de octubre y se ha convertido en una de las apuestas del mercado. El deterioro global ha pesado en la economía brasileña, se prevé una contracción del 1,5% este año, pero aún goza de salud. El Gobierno espera terminar el año con un superávit fiscal del 2,5% y aún no se ven grandes riesgos de endeudamiento. Al mismo tiempo, Brasil aún tiene margen de maniobra en política monetaria y se espera que en junio baje los tipos de interés 100 puntos básicos hasta 9,25%.
Inversión y liquidez juegan a favor de China
El acelerado ritmo de recuperación de la Bolsa china -el CSI sube el 52% en el año- es una de las principales pegas que ven los inversores a este mercado. Los más cautos temen que la fuerte recuperación de la actividad, ayudada en buena medida por los planes de estímulo, se mitigue con la llegada del verano y empañe el buen sentimiento de mercado, especialmente ante las dudas que aún genera la demanda externa. Con todo, Citi no descarta que China sea de los primeros países en eliminar los estímulos. El aumento de la inversión y la liquidez son sus fuertes.
El nuevo Gobierno indio favorece a la Bolsa
El respaldo masivo al Partido del Congreso en las elecciones celebradas en India este mes ha supuesto un aliciente para la Bolsa del país. El mercado recibió el resultado con una subida del 17% al entender que un Gobierno fuerte con amplio margen para legislar puede fomentar la inversión, favorecer la divisa gracias a la llegada de fondos extranjeros, así como el potencial de crecimiento del país. En los próximos meses las previsiones presupuestarias del nuevo Gobierno, la inflación y la financiación del déficit fiscal serán claves a vigilar.