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Crisis

Las inmobiliarias se mantienen en pérdidas, pero las reducen a la mitad

Las principales inmobiliarias cotizadas cerraron el primer trimestre del año nuevamente con pérdidas, aunque consiguieron reducirlas a la mitad, hasta 92,2 millones de euros, gracias en buena medida a la venta de activos y a pesar de que la facturación conjunta cayó más de un 13%.

Una persona consulta los precios de una inmobiliaria.
Una persona consulta los precios de una inmobiliaria.

Las inmobiliarias trataron de salvar la fuerte caída de su negocio promotor con la venta principalmente de suelo residencial, pero también de edificios en patrimonio, lo que en muchos casos les condujo a una caída de los ingresos por alquiler.

Esta situación ha llevado a las compañías del sector a adoptar asimismo una actitud prudente frente a nuevos proyectos, lo que les ha llevado a reconsiderar algunos de los que ya tenían previstos o en marcha.

Sólo Colonial, Reyal-Urbis y Testa terminaron el trimestre en positivo y en el caso de las dos primeras las ganancias fueron posibles por la venta de suelo residencial y por el crédito fiscal con el que compensaron las pérdidas registradas antes de impuestos.

Tras superar un año 2008 de pérdidas multimillonarias derivadas de la depreciación en el mercado de sus inmuebles, Colonial continuó durante el primer trimestre con su estrategia de disminuir progresivamente su cartera de activos residenciales.

En esta línea, la inmobiliaria aumentó más del 30% la facturación procedente de la venta de suelo y viviendas, operaciones que en muchos casos se realizaron con entidades financieras acreedoras para cancelar créditos.

El traspaso de suelo también permitió a Reyal-Urbis compensar el desplome de la actividad promotora, lo que unido a una política de contención de gasto permitió a la compañía ajustar un resultado que finalmente fue positivo por el crédito fiscal.

Asimismo, la venta de terrenos fue determinante en el crecimiento de los ingresos de Renta Corporación, en cuyo caso esta desinversión forma parte del acuerdo de refinanciación alcanzado con sus bancos acreedores.

Martinsa-Fadesa, en concurso de acreedores desde julio, siguió en número rojos, pero consiguió reducir las pérdidas cerca de un 68 por ciento, debido a un significativo incremento de sus ingresos, procedentes tanto por la venta de viviendas como de suelo, lo que le situó a la cabeza de las inmobiliarias por facturación.

En el caso de Metrovacesa, sus pérdidas fueron mayores porque tuvo que hacer un provisión de fondos para cubrir la pérdida de valor de la participación residual que mantiene en Gecina, antigua filial francesa del grupo.

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