El Fondo pide a España prudencia en el gasto y avisa de un 'año difícil' para su banca
El FMI cree que el margen de maniobra fiscal de España se ha estrechado y tiene que medir con más precisión y prudencia su capacidad para seguir interviniendo en la economía. Es una de las conclusiones del informe que sobre el país dieron ayer a conocer este organismo en Washington.
Según el Fondo, es posible que el Gobierno tenga que plantearse algún tipo de asistencia a la banca porque aunque las entidades españolas han superado la primera fase de la crisis hay una segunda 'muy difícil' derivada de la complicación del entorno económico. En este contexto, y teniendo en cuenta que las medidas puestas en marcha por el Gobierno para dinamizar la economía ya han aumentado la deuda, el Fondo estima que sólo debería haber un estímulo adicional y muy preciso en caso de que sea 'necesario responder a un empeoramiento de la desaceleración'. Este organismo no descarta que se produzca un movimiento de consolidación debido al 'deterioro de la calidad de los activos y la mayor capitalización exigida por los mercados'. En especial se reconoce la 'vulnerabilidad' de las cajas de ahorros por su dependencia de los mercados inmobiliarios locales, ahora a la baja.
El FMI cree que el peor momento de la recesión para España es el actual y que la salida será lenta por la pérdida de competitividad del país en los últimos años. En este sentido, ha animado, una vez más, a que se haga reformas estructurales y del mercado de trabajo para que se rebaje sus costes y mejore la competitividad.
Ajuste inmobiliario
El Fondo cree que España volverá crecer a tasas del 2% en 2014. El origen del pinchazo es la construcción, que dejará de ser el motor de la economía, y seguirá cayendo 'al menos' hasta 2010. Los precios reales de la vivienda caerán un 30% durante la crisis.