_
_
_
_
Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

EE UU se pinta de verde

Habana Outpost es una ecoeatery (una tasca ecológica) que abrió en Brooklyn en 2005, un año en el que se despertó popularmente la conciencia medioambiental en EE UU. Desde entonces, la electricidad del restaurante es solar (las placas están a la vista), las mesas están hechas con Trex (botellas de plástico recicladas) y los platos son biodegradables.

El pasado fin de semana y coincidiendo con la celebración del Día de la Tierra abrió sus puertas esta ecotasca. Este año, y gracias al cambio del talante instalado en Washington, el creciente movimiento ecologista tiene mucho que celebrar en el Habana o en los cientos de actos programados en Nueva York esta semana. Y el viernes, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en sus siglas en inglés) les dio una razón más. Este organismo público declaró que los gases como el dióxido de carbono, el metano y otros tres más suponen un peligro para la población. Semejante descubrimiento abre la puerta para que esta propia Agencia o el Congreso empiecen a dictar regulaciones que limiten la emisión de estos contaminantes por parte de automóviles, fábricas de cemento, plantas de energía... De hecho, esta es la primera acción formal que toma el Gobierno para poner coto a los contaminantes que están acelerando el calentamiento global. EE UU lanza a la atmósfera el 20% del dióxido de carbono producido por el hombre en el mundo.

Bajo la Administración Obama, esta agencia, creada por el Gobierno de Richard Nixon, ha actuado con suma diligencia para emitir un dictamen que ya pidió el Tribunal Supremo hace dos años. El Alto Tribunal tuvo en 2007 ante sí la demanda del estado de Massachusetts contra la EPA y sentenció que la agencia debería determinar si los gases eran perjudiciales para la salud.

Los científicos en su nómina siempre lo han tenido claro y unánimemente coincidían en el juicio que finalmente se ha hecho pero George Bush paró el curso de la sentencia del Supremo y dejó todo pendiente.

Entonces, en Nueva York se empezaron a vender camisetas en las que se leía 'No puedo creer que esté echando de menos a Nixon'.

Esa extraña nostalgia está superada.

Obama defendió una política medioambiental opuesta a la de Bush en la campaña y en la Casa Blanca, ha hecho bandera de las energías alternativas como motor de creación de empleo e independencia energética.

Quienes no están muy felices son las organizaciones empresariales que temen más regulación e inversiones obligatorias para ajustarse a los nuevos ecotiempos. El senador republicano James Inhofe aseguraba que el viernes iba a ser 'el principio de una serie de regulaciones que destruirán empleo, elevarán el precio de la energía y minarán la competitividad de América'.

Es la prueba de que la nostalgia política es un sentimiento muy democrático.

Archivado En

_
_