El PIB británico cayó el 1,5% en el primer trimestre de 2009, según un estudio
La economía del Reino Unido se contrajo el 1,5% en el primer trimestre del año, una caída que confirmaría que el país afronta la peor recesión desde los años 80, afirmó hoy un prestigioso centro de análisis económico británico.
El Instituto Nacional de Investigación Económica y Social del Reino Unido (NIESR, siglas en inglés), incluyó esa proyección del producto interior bruto (PIB) en un estudio que asegura que la actual ralentización económica tiene "muchos puntos en común" con la crisis de la década de 197880.
De hecho, el NIESR insistió en que, si se mantienen las semejanzas entre ambas crisis, la recuperación económica del Reino Unido podría retrasarse hasta 2012.
"Aunque no hay una razón clara que indique que el perfil de la actual recesión debe ser igual al de la crisis de los años 80, el nivel de descenso de la producción viene siendo hasta ahora muy similar", explicó el instituto.
En anteriores informes, el NIESR apuntaba al 2010 como punto de inflexión a partir del cual la economía británica comenzaría una nueva etapa de desarrollo.
En cualquier caso y a falta de la confirmación oficial del PIB británico entre enero y marzo que tendrá lugar el próximo 24 de abril, si se confirma esta predicción, la economía británica acumularía tres trimestres consecutivos de descensos.
El PIB británico se contrajo un 0,6 por ciento en el tercer trimestre de 2008 y un 1,8 por ciento en los últimos tres meses del año, lo que supuso la entrada en recesión del Reino Unido.
El NIESR realiza sus proyecciones a partir de los datos mensuales acerca de la producción industrial y del sector servicios, entre otros indicadores.
En declaraciones a la cadena pública BBC, el ministro de Finanzas británico, Alistair Darling, admitió el pasado fin de semana que las previsiones del Tesoro sobre la gravedad de la recesión estaban "equivocadas", aunque se ha negado a vaticinar hasta qué punto podría llegar a contraerse la economía británica en 2009.
Así, Darling ha reconocido que "la desaceleración experimentada desde el pasado otoño ha sido mucho más profunda de lo que se esperaba en cualquier parte del mundo".