Zapatero potencia el núcleo duro del gabinete para vencer la crisis
El presidente introduce cinco caras nuevas en el Ejecutivo y rectifica la estructura que estableció hace sólo un año.
La intrincada crisis de Gobierno que José Luis Rodríguez Zapatero llevaba semanas madurando se resolvió en la mañana de ayer con la inclusión de cinco caras nuevas en el Gabinete. El hasta ahora presidente de la Junta andaluza, Manuel Chaves, entra como vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial; el vicesecretario del PSOE, José Blanco, llega a Fomento; la hasta ahora secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, se convierte en ministra de Sanidad y Política Social; Ángel Gabilondo, rector de la Universidad Autónoma de Madrid, se responsabiliza de Educación y Ángeles González-Sinde, presidenta de la Academia de Cine, se hace cargo de la cartera de Cultura. Salen del Gabinete Pedro Solbes (Economía), Magdalena Álvarez (Fomento), Mercedes Cabrera (Educación), César Antonio Molina (Cultura) y Bernat Soria (Sanidad).
El cambio de mayor trascendencia descansa en el relevo de Pedro Solbes por la hasta ahora ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado. Zapatero justificó ayer esta sustitución por la necesidad de imprimir 'un cambio de ritmo' a la política económica, orientado a anticipar la recuperación y crear empleo. 'Todos los recursos públicos deben funcionar al máximo rendimiento y en la misma dirección para luchar contra la crisis. Vamos a sudar la camiseta y todas las administraciones públicas deben incorporarse a este objetivo', señaló el presidente.
A este empeño obedece también, en parte, el cambio de estructura operado en el Gobierno una vez comprobadas las serias disfunciones que tenía el singular reparto de competencias decidido por Zapatero en marzo del año pasado. María Teresa Fernández de la Vega, que retiene la vicepresidencia primera, asumirá a partir de ahora las políticas referidas a la función pública. El departamento de Educación recupera con Ángel Gabilondo al frente las competencias sobre universidades, que pierde Ciencia e Innovación.
Sanidad, en manos de Trinidad Jiménez, gana las atribuciones sobre política social, por lo que tendrá que responder también de la ley de Dependencia, cuya polémica gestión correspondió en el último año a Educación. De la secretaría de Estado para el Deporte se ocupará personalmente Zapatero, que ha incumplido su promesa de crear un Ministerio específico para gestionar estas políticas. Ayer se justificó defendiendo que con esta fórmula habrá una gestión más operativa en el ámbito deportivo.
La principal transformación en el equipo económico afecta, pues, al relevo en la vicepresidencia segunda y también al cambio en el Ministerio de Fomento, del que dependen este año inversiones superiores a los 22.000 millones de euros en infraestructuras. El desarrollo de la alta velocidad y de la mejora de la red convencional del ferrocarril, la construcción de nuevas autovías y autopistas, la política de conservación y explotación de carreteras, la introducción de la gestión privada en los puertos y aeropuertos, así como parte de la política hidráulica, queda en adelante en manos del número dos del PSOE, José Blanco, una persona que por su cercanía al presidente del Gobierno tendrá tanta influencia en el plano político como en el económico. Su cargo en el partido le ha valido para establecer estrechos lazos con importantes empresarios del mundo de la construcción, experiencia que le será útil en su nueva responsabilidad.
Eficacia y experiencia administrativa
Fomento queda bajo la supervisión global de Elena Salgado, como también los Ministerios de Industria, Trabajo, Vivienda y Agricultura. Al frente de estas carteras se mantienen Miguel Sebastián, Celestino Corbacho, Beatriz Corredor y Elena Espinosa. Zapatero destacó ayer de la nueva vicepresidenta segunda su eficacia y su profundo conocimiento de la administración pública. Además, añadió el presidente, tiene una 'visión amplia' que será muy válida para trabajar a medio plazo en el cambio del modelo de crecimiento. En la rueda de prensa que ofreció en La Moncloa, Zapatero eludió confirmar si Salgado mantendrá en sus cargos a los segundos escalones del Ministerio de Economía y Hacienda. El equipo con el que Pedro Solbes ha trabajado desde 2004 ha estado dirigido por David Vegara en la secretaría de Estado de Economía y por Carlos Ocaña, al frente de la secretaría de Estado de Hacienda y Presupuestos. Este último ya ha hecho sus primeros apuntes para elaborar el techo de gasto del año que viene, pero aun no ha entrado de lleno en la elaboración de los próximos Presupuestos estatales, por lo que todas las posibilidades están abiertas.
Zapatero anticipó ayer que el 'cambio de ritmo' que busca en la dirección de la política económica no pasa tanto por el nacimiento de nuevos estímulos fiscales como por la evaluación de los ya aprobados. Este examen no se realizará antes del mes de julio, fecha en la que Elena Salgado deberá decidir si somete al estudio del Consejo de Ministros nuevas iniciativas de gasto que puedan servir para reactivar la economía y anticipar la recuperación.
Las especulaciones que surgieron en los últimos días sobre una hipotética reducción de ministerios para subrayar la necesaria austeridad en tiempos de crisis, se han demostrado infundadas. El presidente defendió ayer la continuidad de los departamentos de Cultura y Vivienda a partir de la proyección internacional de España y de las principales preocupaciones que albergan los ciudadanos en las encuestas. Este debe ser, a su juicio, el criterio a seguir a la hora de decidir la estructura del Gabinete y no tanto el nivel de transferencias realizadas en cada ámbito a las diferentes comunidades autónomas.
Zapatero tuvo palabras de agradecimiento para dos de los cinco ministros salientes. De Pedro Solbes subrayó su 'tenacidad, dedicación e inteligencia en la defensa de los intereses generales'. El hasta ahora vicepresidente segundo, añadió Zapatero, ha sabido combinar 'el rigor y el compromiso con los objetivos globales del Gobierno, en un momento de dificultades serias'. De Magdalena Álvarez, destacó su 'muy buena tarea, que nos va a situar como el primer país del mundo en líneas de alta velocidad ferroviaria y en kilómetros de autovía'. Permanecer cinco años en un Ministerio tan difícil, abundó el presidente, justifica su relevo.
Fuentes socialistas acentuaron ayer la complejidad que supondrá el pilotar un Gobierno de tantos pesos pesados desde las tres Vicepresidencias que ocuparán De la Vega, Salgado y Chaves. La de este último es de nueva creación y orientará su trabajo a la coordinación de la política autonómica en un momento en el que faltan por desarrollar buena parte de los Estatutos ya aprobados por el Congreso de los Diputados.
El presidente de Cataluña, José Montilla, ya ha pedido audiencia a Chaves en una llamada telefónica que le hizo ayer mismo. En el corto plazo, el nuevo vicepresidente de Cooperación Territorial tendrá que torear dos buenos morlacos: la nueva financiación autonómica, que se cerrará cuando se constituya el Gobierno gallego, y la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto catalán.
Zapatero está interesado en cerrar cuanto antes estos dos capítulos para empezar a sacar partido de los éxitos de su agenda internacional, parcialmente eclipsados por las filtraciones sobre la crisis de Gobierno, del cambio histórico registrado en el País Vasco con el próximo acceso del PSE a Ajuria Enea y de los preparativos dirigidos a una correcta gestión de la presidencia europea en el primer semestre de 2010.
No obstante, a partir del próximo lunes ya se instalará en toda España el clima electoral que emana de los comicios europeos del 7 de junio, una cita clave para Zapatero y para el PSOE teniendo en cuenta que esta remodelación de Gobierno les ha dejado sin red de protección.
Matrimonio de conveniencia entre la nueva vía y la vieja guardia del PSOE
Casi todos los que en julio de 2000 hicieron posible el acceso de José Luis Rodríguez Zapatero a la secretaría general del PSOE han tenido desde 2004, año de su primer triunfo electoral, su compensación correspondiente en forma de alto cargo del partido o de cartera ministerial. Por el Gobierno pasaron ya Jesús Caldera y Juan Fernando López Aguilar. Ahora les toca el turno a José Blanco y a Trinidad Jiménez, que se harán cargo de Fomento y de Sanidad, respectivamente.Otros miembros del PSOE que ayudaron a Zapatero a escalar las más altas cotas de la política están diseminados entre responsabilidades muy variopintas. Leire Pajín es la actual secretaria de Organización del Partido Socialista y ahora que Blanco llega al Gobierno tendrá un papel todavía más determinante en Ferraz. Víctor Morlán ha sido hasta ahora secretario de Estado de Planificación en Fomento, cargo que ahora estará bajo la supervisión del propio Blanco.Heridas cicatrizadasCon el nuevo Gobierno dado a conocer ayer se produce una especie de cruce entre quienes apoyaron a Zapatero desde el primer momento y, en el otro extremo, quienes le disputaron el liderazgo. La herida con José Bono, competidor del ahora presidente en el congreso socialista de julio de 2000, aparece ya cicatrizada. El nuevo vicepresidente tercero del Gabinete, Manuel Chaves, respaldó a Bono en aquel congreso, al igual que el hoy ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.Los tres pertenecen a lo que se conoce como la vieja guardia del PSOE, que regresa a primer plano cuando la envergadura de la crisis económica y los serios desafíos políticos exigen gestores con amplia capacidad y experiencia. Supone, según interpretaban ayer fuentes socialistas, una especie de matrimonio de conveniencia al que Zapatero ha tenido que recurrir para transmitir una imagen de seriedad y solvencia. La ceremonia se consumó ayer con algún nombramiento atrevido. Es el caso del de Trinidad Jiménez para el Ministerio de Sanidad, campo en el que carece de experiencia conocida. Zapatero defendió hace un año la conveniencia de dejar estas responsabilidades en manos de un científico tan renombrado como Bernat Soria, ahora ministro saliente.Antes de que prometiera su cargo ante el Rey ayer tarde en La Zarzuela, a Trinidad Jiménez ya le sonaron los primeros tambores de los lobbies que conviven en el sector sanitario. Farmaindustria, colegios de médicos, enfermeros y hasta el comité antitabaco hicieron ya sus primeras peticiones a la ministra.
Los cinco ministros salientes tienen acta de diputado
Los ministros que se incorporan al Gobierno tienen previsto hoy tomar posesión de sus cargos a primera hora de la mañana para asistir después a la primera reunión del Consejo que tendrá carácter ordinario. Con posterioridad, el presidente se tomará unos días de vacaciones.Zapatero quiso imprimir ayer la máxima celeridad a los trámites previstos para la toma de posesión de los nuevos titulares. El Boletín Oficial del Estado publicó un número extraordinario para recoger los cambios en el Gobierno en forma de reales decretos por los que se designa a los nuevos ministros y se cesa a los predecesores.Pedro Solbes, Magdalena Álvarez, Mercedes Cabrera, César Antonio Molina y Bernat Soria, es decir, los cinco ministros salientes de la remodelación formalizada ayer por Zapatero, tienen acta de diputado en la actual legislatura, por lo que podrán continuar dentro de la actividad parlamentaria, si así lo desean, hasta el final de la legislatura.