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Columna
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Opel, un asunto de Estado

Angela Merkel podría haber mantenido una interesante reunión de G-2 con Barack Obama en la conferencia del G-20: la difícil situación de General Motors es un asunto importante tanto para la canciller alemana como para el presidente de Estados Unidos. Opel, el fabricante de automóviles alemán núcleo de las operaciones de GM en Europa, es ya un asunto importante en las próximas elecciones parlamentarias en Alemania. Merkel ha resistido las peticiones de los socialdemócratas, socios de coalición y adversarios electorales, para que se inyecte dinero en la dirección de Opel.

GM Europa, que incluye la británica Vauxhall, ha pedido 3.000 millones de euros a varios Gobiernos nacionales para mantener sus operaciones. A cambio, GM está dispuesto a renunciar a la mayoría de control de la filial. Pero una nominalmente independiente Opel no puede apartarse demasiado de GM. La matriz necesita su experiencia en los coches más pequeños y de consumo más eficiente, mientras la filial europea necesita las patentes de GM y su escala manufacturera.

En una Europa ideal, Opel podría haberse permitido la declaración de bancarrota. Hubiera sido el más eficaz rescate de la industria del automóvil de la región. Con Opel quebrado, Europa no tendría sobrecapacidad. Los competidores podrían respirar más tranquilos.

En esta misma Europa ideal, la solidaridad no permitiría luego que se dejara a tres países -Alemania, España y Reino Unido, que aglutinan el 70% de los empleados de GM en Europa- incurrir en el 100% de los costes de una bancarrota. Las naciones que se beneficiarían de una menos atascada industria del automóvil podrían también arrimar el hombro.

Pero esta Europa ideal no existe, por tanto Alemania sufrirá en solitario por la suerte de GM Europa. Merkel dice que el Gobierno no está contemplando una participación en Opel porque el Estado no es 'un empresario afortunado'. Pero Merkel podría proporcionar garantías de préstamo a un inversor privado.

El Gobierno dice que algunos inversores privados están interesados. Pero algunos de ellos están probablemente sólo aprovechando la oportunidad de echar una mirada más cercana a sus operaciones y a sus cuentas. En realidad no será fácil lograr que alguien invierta en un fabricante que mantiene estrechos vínculos con su matriz si ésta está casi quebrada. Según Efe, el semanario alemán Focus asegurará en su edición de hoy que GM ha dado en garantía las fábricas de Opel para lograr financiación.

Merkel debería considerar un paso más drástico. Es discutible que las oportunidades puedan ser un paso hacia un mundo más ideal.

Pierre Briançon

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