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Columna
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Buffett sale al rescate

Los ejecutivos de Goldman Sachs dejaron claro hace semanas que quieren devolver las ayudas públicas que recibieron. El coqueteo del Congreso estadounidense con el impuesto de un 90% de los bonus refuerza su deseo. Así que supongamos que los reguladores les dan el visto bueno. Todo lo que necesitaría la firma de Wall Street sería reponer algunos de sus fondos vendiendo nuevas acciones. Pero no tan deprisa. Goldman tiene aún que tomar en cuenta a Warren Buffett.

Berkshire Hathaway, el conglomerado del septuagenario, inyectó el pasado mes de septiembre 5.000 millones de dólares en Goldman a cambio de acciones preferentes. Eso, combinado con la oferta de casi 6.000 millones en acciones comunes, ayudó a impulsar el capital de Goldman al poco de la bancarrota de Lehman Brothers. Pero la intervención de Buffett tuvo como condición que eso pudiera promocionarle.

Esto suena inquietantemente familiar para los llamados ratchets garantizados a los que invertían en Merrill Lynch y en Washington Mutual durante la crisis de crédito. Un ratchet es una característica que permite recalcular los paquetes de acciones de los inversores si la compañía tuviese que recapitalizarse a un precio más bajo. Puede que les guste la protección que ofrece, pero normalmente no gusta a los destinatarios y a sus accionistas.

Los títulos que WaMu dio a TPG espantó a otros nuevos inversores potenciales antes de que el banco fuese entregado por los reguladores a JPMorgan. Mientras, Merrill tuvo que transferir casi una tercera parte de los 8.500 millones que consiguió el verano pasado para cubrir las ratchets que Singapore Temasek había negociado con su inversión previa.

Por suerte, el trato que Goldman logró con el oráculo de Omaha no es ni mucho menos tan pesado. En primer lugar, Goldman tendría que vender nuevas acciones con un descuento del 5% o más respecto del precio del momento. El descuento medio de las acciones secundarias oscilaban el 5% en 2008, y sólo rompió esa cota en los tres primeros meses de este año, según Dealogic.

Pero el descuento favorece a Buffett sólo si Goldman vende acciones a un pequeño grupo de inversores selectos. Una venta mayor, quizá incluso una oferta de títulos a todos los accionistas, no acabaría con los ratchets. Eso le da a Goldman mucha libertad. Pero cuanto menos traqueteos haya en este mercado, mejor.

Antony Currie

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