_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Unas cifras de acero

ArcelorMittal ha mostrado su poder. Los inversores se bebieron los 1.100 millones de euros en bonos convertibles del gigante siderúrgico. A las horas de haber sido lanzadas, la emisión cerró cuatro veces con exceso de solicitudes. La demanda fue tan fuerte que ArcelorMittal aumentó en casi un 50% el tamaño de la emisión planeada. No está mal para el trabajo de una mañana en tiempos de recesión profunda.

La conversión rendirá sobre un 7,5% y se cambiará con un recargo de alrededor del 30% sobre el precio de cierre del martes. Si los bancos ejercen su opción de ampliar la emisión, la conversión entera aumentará la cuenta de acciones pendientes de pago de ArcelorMittal en un 5%.

Es una manera cara para la mayor siderúrgica de refinanciar una parte de sus 26.000 millones de dólares en deudas. El recargo no es excesivamente grande para este stock cíclico. Las acciones de ArcelorMittal bajaron dos tercios el año pasado. El retorno del capital se supone que será unos 150 puntos básicos más alto que el coste de su actual deuda bancaria, la mayoría de la cual expira en los próximos tres años.

No hay duda de que los inversores estaban haciendo cola para meterse. Pero ArcelorMittal saca también algo en limpio. Está manteniendo su promesa de reforzar su balance. Los avances serán usados para refinanciar la deuda y empezar a reducir la dependencia en los bancos, que proporcionan el 80% de los préstamos del grupo. La nueva emisión llega después de una reducción de la deuda de 6.000 millones de dólares en el último trimestre, más la renegociación del vencimiento de 7.000 millones de deuda después de 2012.

Tras la emisión de bonos, ArcelorMittal tendrá unos 15.000 millones de efectivo y de líneas de crédito no utilizadas. Si asumimos que la siderúrgica no empieza de repente a tener pérdidas masivas, esto es justo suficiente para financiar la totalidad de los vencimientos de deuda del grupo hasta principios de 2012. Es otra prueba para que ArcelorMittal apoye su idea de que, confiando en que las cosas no empeoren de manera imprevisible, puede sobrevivir la recesión sin recapitalizarse.

Una Galani

Archivado En

_
_