Modernismo en Caixa Sabadell
Salvador Soley preside la entidad financiera, que este año celebra su 150 aniversario.
No es frecuente que un directivo viva el 150 aniversario de las dos empresas a las que ha pertenecido. A Salvador Soley (Sabadell, 1941) le ha ocurrido: primero vivió el de la empresa textil Gurina, hace 20 años, y ahora, el de Caixa Sabadell, la entidad financiera que preside.
Caixa Sabadell se constituyó el 6 de enero de 1859 y sus inicios se desarrollaron en unas dependencias del ayuntamiento de la ciudad. Después de dos traslados, la entidad adquirió unos terrenos en 1902 para construir su propio edificio, que fue finalizado en 1915. Así, la actual sede de la entidad financiera es una joya de la arquitectura modernista. El ambiente Art Nouveau no está presente en el propio despacho de Soley, pero sí en la sala que le precede y en la posterior. La primera es una estancia decorada con pinturas y una enorme mesa redonda de la época. En la sala posterior, también modernista, se celebra el consejo de administración de la caja cada lunes.
'No me gusta sentarme en el sillón de detrás de la mesa', afirma Soley, refiriéndose a la utilidad que le da al despacho. 'Para conversar me gusta más sentarme junto a mi interlocutor, en las sillas de delante'. El presidente de Caixa Sabadell procura tener el máximo contacto posible con el personal de la entidad financiera, 'desde el director hasta el chófer, quiero que sepan que el presidente está para todo'. La caja cuenta con una plantilla de 1.760 personas, de las que 350 trabajan en el edificio o en sus anexos.
'Procuro no interferir en la manera de hacer de cada directivo, pero me gusta saltarme las jerarquías'
'La función del presidente de la entidad es proyectar la imagen de la caja', explica, 'para lo que se requiere una disponibilidad de 24 horas'. Una disponibilidad que él tiene desde que se jubiló hace dos años de la compañía textil en la que trabajaba. Era director técnico de Gorina, cuyo origen se remonta a 170 años. 'Estuve trabajando en ella 50 años, desde los 16, toda una vida'.
Soley valora la proximidad, la sinceridad y la sencillez de la gente junto a la que trabaja. 'Me gusta mucho hablar con la gente, me dicen que nunca habían tenido un presidente que tuviera tanta relación con los empleados'. 'Por su puesto', especifica, 'procuro no interferir en la manera de hacer de cada directivo, pero me gusta romper las jerarquías y los esquemas y saltarme el organigrama'. Otro de los rasgos que le definen es el 'no ordenar nunca nada', 'yo prefiero sugerir, opinar y, a buen entendedor, media palabra basta'.
La jornada laboral de Soley empieza a las nueve de la mañana. Tras atender la correspondencia con la secretaria, dedica la mayoría de su tiempo a recibir visitas institucionales y relacionadas con la obra social, de la que también es presidente. 'Como mi función es de representación, acompaño al director general, Jordi Mestre González; siempre vamos juntos', explica. La presidencia de la caja no le obliga a realizar muchos viajes profesionales, 'excepto algunos protocolarios al Banco de España, en Madrid, y otros debidos a la relación que mantenemos con las otras cajas, pero siempre por España'. Cree que no habrá fusiones entre las cajas catalanas. 'Aquí cada una de las entidades tiene su personalidad propia, están muy arraigadas en su territorio, tienen mucha influencia en su entorno y una manera diferente de entender el negocio; lo veo difícil'.
No hay muchos objetos personales en el despacho de Soley, únicamente una foto en la que aparece su padre. 'Podría tener a mi mujer y a mis hijos, pero tengo a mi padre porque siento por él una especial veneración', cuenta. 'Me ayuda a rememorar lo que me enseñó; cuando lo veo le digo: '¿Qué?, ¿lo estoy haciendo bien?'. Soley asumió la presidencia de la entidad financiera sabadellense en el año 2007, se encontró entonces con un despacho ya remodelado, con las paredes cubiertas de madera. 'Cada presidente ha creado su propio entorno, siempre con fondos de la caja', explica. Se declara enamorado de su ciudad y casi es una afirmación innecesaria, porque basta con observar los cuadros, las láminas y el tapiz que cuelgan de las paredes de su despacho, y sí, todas responden a estampas de la ciudad.
Un tapiz que evoca una trayectoria
Un tapiz realizado en lana preside el despacho de Salvador Soley. Fue un empeño personal. 'Lo descubrí en una exposición de la autora, Carme Gutés, y me gustó mucho'. La imagen que se ve corresponde a la ubicación de la antigua Escuela Pía en la ciudad, hace 150 años. 'Me pareció que con él podía hacer un pequeño homenaje a mi profesión' explica. 'Además está hecho con lana, la materia prima con la que siempre se ha trabajado en Sabadell y a cuya transformación he dedicado toda mi vida profesional'. El presidente de Caixa Sabadell trabajó durante 50 años en la misma empresa, la textil Gorina, que empezó su actividad hace 170 años y que todavía existe.El edificio donde se ubica el despacho de Soley es una joya del modernismo catalán. La fachada, el vestíbulo, el llamado salón modernista o la sala del consejo justificarían por sí mismos una visita a la sede. Sobre todo el salón modernista, con sus preciosas vidrieras coloristas, sus columnas de mármol y piedra calcárea y sus capiteles decorados con motivos florales y relativos al ahorro.