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Columna
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Lloyds, negocio arriesgado

Lloyds perdió su fecha límite. El banco británico no estuvo preparado el viernes, como tenía planeado, para desvelar las condiciones en las que participaría en el plan gubernamental que garantiza los activos tóxicos. Lógico. Además, es fácil entender porque las negociaciones se están alargando.

HBOS, el banco hipotecario que Lloyds compró en enero, huele cada vez más a podrido. Lloyds ya había anunciado que HBOS iba a sufrir unas pérdidas de 10.000 millones de libras (12.200 millones de euros) antes de impuestos, con unas depreciaciones que podrían rondar los 7.000 millones de libras (8.870 millones de euros). Los resultados definitivos no han venido a aliviar los temores. Por el contrario, la morosidad en la cartera de préstamos institucionales se ha disparado de un 0,62% en 2007 hasta el 5,9%, no muy lejos de los porcentajes de la Gran Depresión.

En teoría, los préstamos de HBOS deberían ser más fáciles de contabilizar que los créditos estructurados de RBS, una verdadera Caja de Pandora. Pero el Gobierno británico ha tenido menos tiempo para inspeccionarlos con detalle. Con los impagados creciendo rápidamente, más que en RBS, hay que reforzar la prudencia.

Así, el continuo deterioro en HBOS aconseja que las condiciones de Lloyds para acceder a la protección de sus activos tóxicos deben ser más estrictas que para RBS. El volumen de créditos asegurados es probablemente menor que los 325.000 millones de libras (366.000 millones de euros) de RBS. El empeoramiento de la calidad crediticia apunta a una morosidad superior al 6% de RBS y unos gastos que podrían superar el 3,5%. El Gobierno debería asegurar que las condiciones que aplica a la entidad reflejan el principio básico de todo seguro: a mayor riesgo, más dinero a pagar.

Por George Hay

El PIB de Estados Unidos

La revisión del crecimiento del PIB de Estados Unidos de -3,8% a -6,2% pinta mal. No obstante, aunque el dato descarta la posibilidad de que experimente una recesión suave, también hace poco probable que el país caiga en una recesión como la de Japón de los años 90. También significa que puede que los bancos que tuvieron beneficios o ligeras pérdidas en el cuarto trimestre sean más fuertes de lo que parecía.El dato revisado del PIB tiene más sentido que las cifras preliminares, según las cuales el epicentro de la crisis de crédito sufría menos que la mayoría de los países. Dada la pronunciada caída de las exportaciones asiáticas, el suave declive de EE UU sugería un gigantesco problema de inventario global. La cifra revisada refleja que el comercio sólo sufrió las consecuencias de la caída en picado del consumo.El retroceso es una mala noticia para el presupuesto federal estadounidense. La revisión sugiere que la valoración inicial del PIB con la que se diseñaron los presupuestos fue demasiado alta, y por tanto los ingresos estimados se exageraron. Eso comportaría futuros mayores déficits.Para el sector bancario, la revisión enfatiza la hostilidad del ambiente económico del cuarto trimestre. Los bancos que tuvieron beneficios o pocas pérdidas en tal situación son más resistentes de lo que ellos mismos pensaban. Dado que el PIB toca mínimos rápidamente, la mayoría de bancos debería sobrevivir sin demasiadas dificultades.Con todo, esta es la peor caída del PIB trimestral desde 1982. Donde quiera que quede el suelo de la economía, EE UU se está acercando a él rápidamente. Aún parece poco probable que se viva una nueva Gran Depresión, ya que se ha evitado el proteccionismo y las políticas monetarias de 1929 y la catastrófica subida de impuestos de 1932.El fuerte aumento del ahorro en EE UU, más alto en el cuarto trimestre de 2008 que en todo 2007, sugiere que el principal desequilibrio de la economía estadounidense se está moviendo deprisa hacia su resolución. Los datos económicos más recientes, que muestran un mejor equilibrio entre la construcción y la venta de viviendas, refuerzan esta opinión.Las recesiones largas y prácticamente imperceptibles, como la japonesa de los 90, son más dañinas que las cortas y bruscas. En este sentido, el nuevo dato del PIB se puede considerar incluso algo positivo.Por Martin Hutchinson

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