Huellas en Bruselas I: Karl Marx
Ahora que el fantasma de la recesión recorre el planeta, las miradas se han vuelto hacia el filósofo europeo del siglo XIX que teorizó sobre la injusticia de las plusvalías y anunció una mundialización dominada por el proletariado. La vida de ese filósofo, como la de tantos otros personajes del pasado y la actualidad, dejó su huella en Bruselas, hasta el punto de que una asociación organiza paseos por la ciudad para descubrir el rastro de Karl Marx. A partir de hoy y cada dos semanas, este blog también se hará eco de las pisadas más trascendenales, deslumbrantes o sorpredentes que, como las de Marx, resuenan en las calles y plazas de la capital comunitaria.
Karl Marx (1818-1883) vivió en Bruselas entre febrero de 1845 y marzo de 1848, como recuerda una placa en el restaurante La Maison du Cigney, en plena Grand Place de la ciudad. En ese lugar celebró la nochevieja de 1847. El período bruselense del filósofo coincide con un momento crucial en la historia del pensamiento politico y económico mundial: en febrero de 1848 se publica el Manifiesto Comunista, firmado por Marx y Friedrich Engels, y estalla la revolución en media Europa. Siglo y medio después, la casa natal de Marx en Tréveris (Alemania) todavía recibe unas 40.000 visitas al año, más de un tercio, según Time, procedentes de China. Y en plena debacle financiera, la revista estadounidense no puede evitar preguntarse en portada qué pensaría Marx de la situación actual. Qué pensaría de las subprime, los Madoff y el descalabro fiscal de Bush. Probablemente gritaría ¡estafados del mundo, uníos! Y le pagarían negándole el visado para entrar en EE UU.
Fotos: Karl Marx en 1875 (Karl Marx-Haus-Trier) y Placa en Rte. La Maison du Cigne (B. dM., 2009)