Arcelor, de aleación sólida
Arcelor-Mittal está probando su aleación. La mayor siderúrgica mundial ha reducido su dividendo y está recortando agresivamente sus costes. Pero excluyendo los gastos extraordinarios, Arcelor todavía hace dinero y está en el buen camino para reducir deuda. En condiciones tan extremas como las actuales, es una actuación bastante impresionante.
En respuesta a la debilidad de la demanda, Arcelor recortó la producción un 45% -10 puntos porcentuales más de lo que había comunicado a los inversores-. Los esfuerzos del fabricante por descargar su inventario y reducir plantilla han supuesto un gasto extra de 4.400 millones de dólares en el trimestre. Pero sin esto, Arcelor todavía genera un ingreso operativo cercano a los 1.000 millones de dólares, equivalente a un confortable ratio de 1.5 veces el gasto neto por intereses del grupo.
Arcelor ha dado pasos significativos para fortalecer su balance. Ha cumplido ya el 60% de su objetivo de reducción de deuda de 10.000 millones de dólares en un solo trimestre. Más de la mitad provienen de gastos extra -incluyendo 1.000 millones de dólares de la venta de su participación en una planta alemana y otros 2.500 millones de débiles coberturas de divisas- y la compañía todavía aspira a conseguir su pretensión.
También ha aplazado sus vencimientos de deuda más onerosos. Los inversores han sido fundamentalmente afectados por el repago de 8.000 millones de dólares en 2010. Para renegociar los acuerdos, cerrándolos a tiempo, Arcelor asegura que no tiene más de 4.000 millones de dólares de vencimientos anuales hasta 2012. Todo ello es preciso para asegurar el cash-flow, el cual se elevará en 1.000 millones gracias a la decisión de reducir el dividendo.
Los recortes de gastos y dividendos nunca son bien recibidos, pero Arcelor merece confianza por actuar tan decididamente. Quizá ayude que la familia que controla Mittal ha conocido años muy funestos en la siderurgia. La drástica actuación ayudó a que las cuentas del cuarto trimestre fuesen mejores de lo esperado por los analistas. Esté o no acertada la compañía respecto a su cálculo de que lo peor del ciclo ya ha pasado, lo que parece seguro es que ha hecho los deberes para afrontar lo próximo que venga. por Una Galani
'To BP, or not to BP'
Paul Skinner da el perfil idóneo en varios puntos clave para ser candidato al puesto de presidente de BP, la empresa de gas y petróleo británica. El puesto está listo para el relevo en abril, cuando el titular del cargo, Peter Sutherland, dimita. Skinner conoce el negocio de dentro a fuera, al haber pasado 30 años en el rival Shell. Y ha sido ya presidente, en la minera Rio Tinto. Pero su historial deja razones para la duda.Cuando Skinner estaba al frente de Rio pagó la oferta más cara -en metálico- para comprar la productora de aluminio canadiense Alcan. Esto cargó a la compañía con deuda. Rio combatió luego una sugerida fusión con su rival BHP Billinton -un movimiento que habría fortalecido el balance-. Rio puede argumentar, con motivos razonables, que la oferta no era de recibo después de que los mercados de valores cayeran y el ciclo de las materias primas cambiara.Pero la última gran decisión de Rio es también cuestionable -pedir a una opaca compañía estatal china que le ayude a refinanciar 20.000 millones de dólares de la deuda por la adquisición de Alcan-. Chinalco logrará un paquete de acciones convertibles y otro minoritario en proyectos mineros. Los detalles completos no se conocen todavía. Pero una emisión de acciones parece la mejor operación para los accionistas.Skinner dejará Rio en abril, pero el sucesor elegido, Jim Leng, renunció enfadado al cargo sólo tres semanas después de haber sido nombrado. Leng informó de que no le gustaba el acuerdo con Chinalco. Cualesquiera que fueran los detalles, ha desacreditado a un consejo encabezado por Skinner.La verdad es que unos pocos ejecutivos sénior han salido indemnes del boom del crédito y el posterior crunch. Cómo Skinner dirija Rio en las próximas semanas será una gran prueba. Si los inversores desaprueban la operación con Chinalco, hay una buena oportunidad de que el comité de nombramientos juzgue a Skinner de la misma manera.Desde que Sutherland se habría mostrado dispuesto a permanecer en el cargo si se lo piden, BP no está presionada para tomar una rápida decisión. Lo mejor será esperar. Por Fiona Maharg-Bravo