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Coyuntura

Medidas desesperadas para la economía rusa

El Estado emplea 200.000 millones de dólares en dar liquidez a las empresas y controlar la caída del rublo.

Cuando el temporal arrecia, también lo hacen las críticas, pero lo que nadie podrá negar es que el Gobierno ruso se está gastando una fortuna en tratar de sacar a flote una economía a la que cada día se le abren más vías de agua. En los últimos seis el Estado ha empleado 200.000 millones de dólares de sus reservas internacionales (de 596.000 a 386.894 millones)., que incluyen divisas, oro y otros activos, para dotar de liquidez a las empresas, recapitalizándolas y otorgándoles ayudas en dólares, y para defender un desplome ordenado del rublo. Por desgracia, el resultado está siendo bastante frustrante: en el transcurso de los últimos seis meses, el índice RTSI de la Bolsa de Moscú ha caído un 65%; el rublo ha perdido un 30% de su valor; el crecimiento del PIB ha pasado del 8,1% en 2007 al 5,6%, y las entidades bancarias ya han advertido de que el volumen de créditos morosos como poco se triplicará este año.

Uno de los mayores desafíos que afronta Rusia es el de la deuda externa, no la pública, cuyo volumen es mínimo, sino del sector privado. El departamento de investigación de mercados emergentes de Royal Bank of Canada (RBC) cifra en 498.000 millones de dólares (383.080 millones de euros) la deuda externa de las empresas rusas. Las cifras varían, pero el consenso cifra en 100.000 millones de dólares el volumen de vencimientos de deuda al que tendrá que hacer el sector privado ruso sólo este año.

'El problema se agrava por el hecho de que el endeudamiento se ha hecho en dólares, mientras que los ingresos se obtienen mayoritariamente en rublos', apunta Henry Stipps, de la gestora Threadneedle. Nubarrones muy grandes y una casi inevitable renegociación masiva de la deuda a la vista.

Aproximadamente la mitad de la deuda que vence corresponde al sector bancario, donde existe un verdadero temor a una retirada masiva de depósitos, como ya ocurrió en 1998. 'El rápido deterioro de la calidad de los activos y la presión constante del Gobierno conducirá pronto a ampliaciones de capital', apuntan desde Citi. La entidad estadounidense calcula que los dos grandes bancos rusos, VTB y Sberbank, tendrán que ampliar capital por un importe de al menos 14.000 millones de dólares. Citi calcula que la morosidad llegará al 15% y que las pérdidas serán 'cuantiosas durante los próximos dos años'. En un entorno así, ¿quién va a acudir a las ampliaciones de capital para rescatar a los bancos? Parece claro que el que dará el paso al frente será una vez el Gobierno. Acostumbrado a que todo sea a lo grande, el Ejecutivo ha trazado un línea roja de nada menos que 295 empresas 'estructuralmente importantes' a las que no piensa dejar caer.

El callejón sin salida del rublo

Una porción sustancial de las reservas también se han consumido en el intento de ordenar la caída del rublo, un quebrado de cabeza para el banco central. 'El Gobierno ha tenido que lidiar con el clásico dilema de si lo haces, mal; si no lo haces, peor', valoran desde RBC. 'Graduar la caída del rublo ha hecho que las reservas se hayan evaporado, dificultando la capacidad para ayudar a la economía. Pero permitir una caída libre del rublo habría conducido a una megadevaluación, minando la confianza de los ahorradores, incrementando el riesgo de una retirada masiva de depósitos bancarios', resumen los expertos del banco canadiense.

'Políticamente es un tema muy delicado. En 1999, mucha gente vio como sus ahorros prácticamente desaparecían y entiendo perfectamente que el Gobierno no quiera que se repita la historia, aunque el banco central esté perdiendo un tiempo muy valioso haciendo que el rublo caiga lentamente', subraya Catherine Elmore, de Blackfriars, una gestora de BNY Mellon.

A estos problemas se suma la caída del precio del petróleo. El barril de crudo de los Urales hace equilibrios sobre los 40 dólares, el precio mínimo contemplado en el presupuesto. La cuestión no es ya si habrá o no recesión, sino cómo de grave y duradera será.

Problemas en la nueva 'era Putin'

Desde su nueva faceta como primer ministro, Vladimir Putin afronta una compleja situación económica.Crecimiento. Citi pronostica cuatro trimestres consecutivos de contracción en el PIB del 3% en 2009. Peor será el PIB per cápita, que con la crisis y la devaluación caerá un 30%.Rublo. El banco central ruso estima que el tipo de cambio correcto es de 41 unidades frente a una cesta que incluye el euro y el dólar. Ya está por debajo y los expertos anuncian más presiones bajistas.Financiación. 'Las empresas rusas tendrán que encajar el golpe y aceptar un nuevo escenario con un crédito más escaso y mucho más caro', apunta Tom Wilson, de la gestora Schroders. En el mercado ya se piensa en rescates masivos del Estado.

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