Fastos en Washington
La toma de posesión del 44 presidente americano despierta gran expectación en los estadounidenses.
La plácida Washington, una ciudad en la que el metro tiene moqueta, recibirá el martes a políticos y sus familiares, dignatarios, empresarios, embajadores y ciudadanos de todo el país (y del extranjero) para ser testigos del histórico estreno de Barack Obama. Se espera que hasta cuatro millones de personas lleguen a la capital de un país cuya área metropolitana tiene unos 600.000 habitantes (5,3 millones si se incluyen Maryland y Virginia).
Las últimas habitaciones de hoteles -a 680 euros por noche con una reserva mínima de tres-, se cubrieron el lunes y las Iglesias permanecerán abiertas para aquellos que necesiten refugio contra el frío (entre -1 y -4 grados centígrados) puedan hacerlo.
Pero Washington DC no será la única ciudad que se pare el martes. Buena parte del país se detendrá durante la mañana para seguir por la televisión la toma de posesión del 44 presidente que se produce un día después de la celebración nacional del aniversario del luchador por los derechos civiles, Martin Luther King.
Las fiestas para celebrar la inauguración del mandato empiezan en Nueva York este mismo fin de semana
En Nueva York, las fiestas en algunos barrios empiezan este mismo fin de semana. Los cines del BAM (Brooklyn Academy of Music) abrirán para ofrecer gratis la ceremonia. También habrá pantallas en la Iglesia de la Trinidad, en el York College, en el Ayuntamiento (donde podrán seguirlo 2.000 personas) y hasta en La Fonda Boricua de Harlem, un barrio donde la noche de las elecciones la fiesta duró hasta bien entrada la madrugada y que ahora vuelve a prometer ser un lugar especial para hacer el seguimiento de la inauguración.
Pero para quien no quiera desplazarse hasta el norte de Manhattan, Los bares y las tiendas de buena parte de la ciudad olvidarán la música y el canal de deportes por el tiempo que duren los actos en Washington.
En la mayoría de los colegios del país se han previsto actividades extraescolares para esta semana. Muchas clases van a celebrar fiestas y otras se van a desplazar a polideportivos e incluso estadios que se han habilitado para ver en pantallas gigantes la ceremonia. Además se han previsto actividades que van desde la declamación de poseía hasta el debate o la redacción de cartas al nuevo presidente. Según The New York Times, un colegio de Detroit va a celebrar un baile de gala con cena al que asistirán no solo los alumnos sino también los padres y los profesores.
La ilusión que despierta Obama se ha trasladado al negocio de los recuerdos. Camisetas, bolsas, gorros, pins, bolígrafos, jarras de café, chocolatinas... La lista de productos en las que se ha plasmado la cara del presidente no tiene fin y para las tiendas es un filón extraño en esta economía en recesión. Aissa Tou, gerente de la tienda Making History en la estación de Washington decía a Bloomberg que tiene ventas diarias de 5.000 dólares. Desde los puestos callejeros donde se venden toscos calendarios hasta la venta por catálogo han probado que el presidente es un fenómeno en el campo del marketing.
El propio comité de Inauguración, encargado de captar fondos para esta ceremonia, ha puesto a la venta en internet una serie de objetos entre los que hay camisetas y bolsos de diseñadoras como Diane Von Furstenberg y Donna Karan. Todos estos recuerdos son, según anuncian, hechos por empresas con sindicatos. También se puso a la venta una edición limitada del póster de Shepard Fairey, el diseñador gráfico que ha conseguido hacer ubicuo el famoso cartel bicolor de Obama y que ya figura en la Galería Nacional de Retratos.