Escenario de pesimismo para toda la legislatura
Solbes hizo ayer las previsiones económicas más sensatas de los dos últimos años, en los que no ha dado ni una. Admite que la recesión está aquí, con una caída del PIB del 1,6% este año, y una recuperación demasiado lenta. Tanto, que no volverá a crecer en empleo en años. Para la recuperación de la reputación exterior habrá que esperar: en toda la legislatura habrá un déficit fiscal superior al que nos permite Bruselas, y así, la financiación del gasto público será costosa, y forzará tipos de interés irremediablemente bastante altos.
Ha tenido que entrar la economía española en recesión para que el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, admita sus previsiones económicas iran infundadas. Las que presentó este viernes son más realistas, las más realistas que ha hecho en los dos últimos años, y sólo con que se cumplan la situación será dramática. Cierto es, no obstante, que puede ir la economía peor aún de lo que dice el conductor de la política económica, ya que él mismo admite siempre que las previsioones están muertas desde el momento mismo en el que se presentan.
El crecimiento económico será negativo este año, de un 1,6%, y repuntará con poquito vigor en 2010: un 1,2%, aunque lo suficiente como para crear empleo, según el Gobierno. Permítame, señor Solbes, recordarle que con la estructura productiva que tenemos en España, y pese a ser muy intensiva en empleo, un PIB del 1,2% no crea empleo; lo destruye, y lo hará de forma significativa, salvo que modifique usted la estructura de costes del mercado de trabajo español.
Este mismo año la tasa de desempleo tocará el 16%, en términos medios, pese a que el ministro de Economía insiste en que no se llegará a los cuatro millones de parados. Yo no me atrevo a dar cifras. Pero si los cuatro trimestres de este ejercicio son recesivos, la destrucción de empleo llegará, al menos, hasta el mes de junio de 2010, puesto que el empleo es una variable retrasada por la resistencia del empresariado a despedir con la legislación rígida que regula la rescisión de los contratos.
Pero lo más dramático del cuatro dibujado por Solbes, aunque a lo mejor no lo administra él porque podría dejar el Gobierno este mismo año, es la evolución de las cuentas públicas. En 2008 ya sospechábamos hace tiempo que el desequilibrio superase el 3%, lo que nos situaría por encima del umbral crítico para evitar la sanción de Bruselas. Pero ahora sabemos que en 2009 estaremoi en el 6% de déficit, y que todavía en 2011 el saldo negativo de las cuentas del Estado, las administraciones territoriales y la Seguridad Social estará casi en el 4%. Toda la legislatura por encima del 3%. Toda la legislatura fuera de los cánones del euro. Toda la legislatura acumulando deuda pública para financiar qué: gasto social, inversión, o gasto corriente.
Ha costado mucho esfuerzo llegar al equilibrio presupuestario en la legislatura pasada como para no hacer más esfuerzos por recuperarlo cuanto antes. Con este cuadro, si se cumple al pie de la letra, la desconfianza de los mercados exteriores tardará en llegar, y el sobrecoste de financiar el déficit, la prima de riesgo, seguirá alta en unos años en los que por la abundancia de papel público en los mercados, el dinero será especialmente seclectivo. Señor Solbes: estamos de nuevo como caundo usted, en los noventa, era ministro. Haga algo más que entonces por salir antes de esta situación. Una economía no puede estar así dentro de la zona euro, compitiendo con Alemania, Francia u Holanda.