Sacyr quiere refinanciar su deuda por Repsol si fracasa la opción china
Además de la venta del 20% de Repsol a un eventual inversor, Sacyr estudia otra solución alternativa a su situación financiera. Así, tras ofrecer esta participación a la petroquímica china Sinopec, ha propuesto a sus bancos acreedores un plan de refinanciación del crédito de 5.143 millones con el que compró dicho paquete. El plan consistiría en alargar hasta 2013 el plazo de amortización del préstamo, suavizar las condiciones y modificar el contrato de garantías.
Sacyr Vallehermoso juega buena parte de su futuro a dos bandas. Por un lado, busca comprador para el 20% de Repsol, por el que tiene una deuda bancaria de 5.143 millones de euros. Por otra, negocia con sus bancos acreedores unas condiciones menos gravosas que las actuales, para el caso de que no pudiera cerrar un acuerdo de venta y se viese obligada a alargar su presencia en el capital de la petrolera española. Así, a los contactos abiertos con la Corporación Petroquímica China (Sinopec), que adelantó ayer CincoDías, se suman también las conversaciones con los bancos.
Según fuentes cercanas al proceso de refinanciación, Sacyr ha expuesto la necesidad de añadir dos años más a un periodo de amortización que vence en 2011. De este modo, los intereses del citado crédito de 5.143 millones firmado con medio centenar de bancos (encabezados por Santander, Calyon, Citi y Caja Madrid), seguirían pagándose con el dividendo de la petrolera, mientras la amortización del principal se aplazaría a 2013. Este balón de oxígeno también permitiría a Sacyr retrasar la venta de sus acciones en Repsol una vez que se supere la actual crisis financiera y suba la cotización de la compañía que preside Antonio Brufau.
Sacyr va a pedir a los bancos que suavicen las condiciones del nuevo contrato y un cambio del actual sistema de garantías o avales. En estos momentos, tiene depositadas en prenda las propias acciones de Repsol y, cuando el valor de éstas caen del 115% del montante del crédito, aporta las de la filial patrimonialista Testa. Tras la venta de sus participaciones en la francesa Eiffage y en Itínere, a Sacyr no le quedan más cotizadas que poner sobre la mesa. Por ello, estudia ofrecer como garantía la nueva Sacyr Concesiones, sociedad creada con los activos que no ha vendido a Citi.
Consultados ayer por el proceso de refinanciación, ni Sacyr ni los bancos quisieron hacer comentarios. Lo que sí es público y notorio es la dificultad para desprenderse del 20% de Repsol, que puso en venta el pasado mes de agosto, y con ello de la deuda.
Las acciones de Repsol, que registraron ayer un importante empuje al inicio de la sesión bursátil al conocerse el interés de Sinopec, cerraron con una caída del 1,3%, hasta 15,4 euros. Esto supone un valor de 3.760 millones de euros para el 20% en manos de Sacyr y unas minusvalías latentes de 2.765 millones respecto a los 6.625 millones -26,7 euros por acción- que pagó a finales de 2006. La constructora insiste en pedir esos 26,7 euros por título por traspasar sus títulos: se los ha solicitado a Lukoil y también al nuevo interlocutor chino.
La irrupción en el escenario de Sinopec provocó ayer un importante revuelo en el mercado. Un portavoz de la oficina de Relaciones Exteriores del grupo chino consultado por Efe en Pekín, aseguró que 'no tenemos ninguna noticia sobre ese asunto', en relación a su interés por Repsol.
En el caso de un fracaso en la venta del citado 20% y en la refinanciación de la deuda, la última opción que barajan fuentes financieras es que los bancos se queden con ese paquete de manera temporal.
La petrolera dice estar al margen de la venta
Son los bancos de negocios de Sacyr, Dresdner y Citi, los que están trabajando en la oferta al grupo chino Sinopec, aseguraban ayer fuentes de Repsol. De esta manera, la petrolera, que jugó un papel primordial en el acercamiento a la rusa Lukoil, intenta desmarcarse de la nueva solución china para la constructora que preside Luis del Rivero. 'No estamos interviniendo directamente', subrayan en Repsol.Sin embargo, fuentes conocedoras del proceso aseguran que ha sido de nuevo el presidente de Repsol, Antonio Brufau, buen conocedor del sector petrolero internacional, quien ha puesto en contacto a los representantes de la petroquímica china con los de Sacyr y sus bancos de inversión. No obstante, estas entidades han rastreado tanto los mercados que 'no se les escapa ningún posible inversor', aseguran fuentes empresariales. En cualquier caso, añaden, el hecho de que Brufau, con el visto bueno de La Caixa, segundo accionista de Repsol con más del 14% del capital, siga apoyando la desinversión de Sacyr 'es una señal de que la entidad financiera y el equipo directivo de la petrolera siguen considerando un peligro tener a la constructora en el accionariado'. Además, 'quieren participar en la elección de su sustituto'.En Repsol aspiran a que tener en el capital a una compañía del sector petrolero que le sea complementaria (una especie de joint venture) y que no tenga intenciones aviesas de tomar el control a través de una opa. Los expertos consideran que no faltan candidatos con este perfil, aunque no están dispuestos a pagar el precio que solicita Sacyr: 26,7 euros por acción, lo que implica en este momento una prima del 73,4%.En el caso de la petroquímica china, cuya mayor negocio es el refino y marketing, con una colosal red de gasolineras, hay quien duda de que se complemente con Repsol, que necesita a alguien con un más peso en exploración y producción. De hecho, Sinopec cuenta con unas reservas probadas de 4.000 millones de barriles, menos del doble que las de Repsol, que tiene 2.600 millones y lejos de los 15.700 millones de Lukoil.